lunes, 5 de marzo de 2007

La Sexualidad en la Adolescencia II

La Genitalidad
Como bien sabés, todo lo que tiene que ver con los genitales y las sensaciones que estos nos producen forma parte de la sexualidad.
Como ya habíamos señalado, lo genital es entonces un componente más de la sexualidad. Existen diferentes opciones para vivir la sexualidad genital. Todas las personas tenemos valores, sentimientos y formas de pensar distintas. Por eso se deben respetar y tolerar las decisiones que cada una/o tome con respecto a su sexualidad genital. Este es un derecho que nadie nos puede quitar.
Vamos a referirnos a cuatro situaciones que son importantes de revisar, por el interés que generan y porque forman parte de ese proceso por el que estás pasando.
Estas son: la autoestimulación, la abstinencia, las caricias o juegos sexuales, y las relaciones sexuales coitales.
La autoestimulación:
Es una actividad que consiste en tocarse y acariciarse los propios genitales con el fin de producirse placer. Tiene una función muy importante para el desarrollo, especialmente de las y los adolescentes, ya que permite explorar el cuerpo, conocer mejor la forma y funcionamiento de los genitales, así como las sensaciones que de ellos se derivan.
Además, gracias a la autoestimulación se logran liberar los deseos e impulsos sexuales acumulados, que vuelven a surgir tan impetuosamente a estas edades.
Otra función que ocupa esta actividad, es que nos permite prepararnos para el encuentro genital con otra/o, a través de la fantasía y la imaginación que la acompañan.
La autoestimulación ha sido considerada una práctica desviada y anormal. También se cree que puede causar daño físico o mental a las personas que la practican. Otra cosa que se ha creído es que es una actividad exclusiva de la adolescencia, y que las personas adultas o los niños(as) no la practican. Todas estas creencias son falsas.
La autoestimulación es una actividad normal y necesaria para el desarrollo sexual de las personas. No produce ningún tipo de daño y puede ser practicada por cualquier persona, aunque se tenga una pareja estable.
Estos mensajes sobre la autoestimulación pueden causar sentimientos de culpa y dificultades para disfrutar de esta experiencia, al considerarse que se hace algo malo o que no se es suficientemente fuerte como para aguantar y reprimir las ganas.También se generan mensajes diferentes para hombres y para mujeres.
Los hombres reciben mayores mensajes permisivos con respecto a la autoestimulación, en cambio a las mujeres se les reprime y censura más esta práctica. Esto provoca mayores sentimientos de culpa y vergüenza en ellas. Lo importante es tener claro que hombres y mujeres tienen deseos sexuales por igual. Que todas y todos tenemos derecho a explorar nuestro cuerpo y a sentir placer, y que esto no nos vuelve personas malas o de menor valor.
Hay algunos casos en que la autoestimulación puede causar problemas. Cuando esto pasa es porque:
• El o la adolescente se aísla de las actividades que comúnmente realiza o de las personas que lo rodean. Por ejemplo, una persona que prefiere quedarse en su casa masturbándose que ir a una fiesta o reunión con sus amigos(as).
• El o la adolescente se masturba en lugares públicos con la intención de ser visto(a) por otras personas.
• La frecuencia con que se realiza llega a producir un daño físico en los genitales y aún así se continúa haciéndolo.
• La autoestimulación se vuelve más importante que la posibilidad de establecer una relación íntima con otra persona.
La abstinencia:
Es una expresión en la cual se decide no realizar ninguna actividad sexual genital (caricias y juegos sexuales, sexo oral o anal), coital (penetración del pene en la vagina) ni autoerótica (autoestimulación). Sin embargo, algunas personas deciden solo abstenerse de las relaciones coitales, y no de la o de las relaciones genitales.
Con frecuencia, las personas que practican la abstinencia liberan sus impulsos y deseos sexuales a través de los sueños húmedos, en los que se experimentan eyaculaciones o lubricaciones vaginales (cuando la vagina se moja) durante las horas de sueño.
Las presiones y mensajes sociales influyen mucho sobre la posibilidad de abstenerse, ya que en el caso de los hombres esta situación es vista como falta de masculinidad. Así, los varones que no tienen relaciones sexuales genitales o coitales son catalogados de "pendejos", "poco hombres" u "homosexuales". Mientras tanto, a la mujer se le refuerza la abstinencia, al esperar que se mantenga virgen hasta el matrimonio o que no exprese ningún tipo de deseo sexual.
De esta forma, la abstinencia puede vivirse por presión o compromiso, y no porque se desee. También se puede creer que vivir la abstinencia es imposible, y que quienes la practican están "pasados de moda", son raros y reprimidos.
Al respecto, debés saber que sí es posible practicar la abstinencia, porque todas y todos somos capaces de tener control sobre nuestros deseos e impulsos sexuales. Además, las personas que deciden no tener experiencias genitales o coitales tienen un gran nivel de convicción y autoestima, porque no se dejan llevar por las presiones de otras/os.
Algunas personas creen que quienes se abstienen de las prácticas sexuales genitales o coitales, lo hacen porque no sienten ningún deseo o porque no les gusta. Vivir la abstinencia no quiere decir que se es asexuado, o sea, que no se tienen intereses, deseos o necesidades eróticas.
El abstenerse no es como una vacuna contra las ganas o la excitación sexual. Por eso, hay que evitar situaciones que pongan en riesgo o a prueba la decisión, ya que esto podría debilitar la propia voluntad.
Otra creencia común es que las personas que se abstienen "se pierden de lo bueno" y que "son tontos por no disfrutar". La abstinencia es muy importante porque te protege de exponerte al riesgo de un embarazo o ITS/VIH-SIDA, así como de vivir una experiencia sexual para la que no te encontrés preparado(a), en la cual en vez de obtener satisfacción física y emocional, vivás mucha culpa, frustración y temor.
Por eso, para que el encuentro sexual sea algo placentero y positivo debés esperar al momento indicado, y sólo vos podés saber cuándo llegará ese día. Todas estas influencias dificultan que la abstinencia pueda ser vivida como una opción libre que tienen las personas adolescentes en el ejercicio de su sexualidad.
Se debe tener presente que la abstinencia es una decisión personal, que debe ser respetada, y que todas y todos tenemos derecho a decidir sobre la forma en que queremos vivir nuestra sexualidad.
Las caricias o juegos sexuales:
A partir de que se empiezan a vivir relaciones amorosas con personas de tu edad, surgen mayores deseos de sentir el cuerpo de la otra persona y de obtener placer en estos encuentros.
Es así como se puede llegar a las caricias o juegos sexuales, que son expresiones placenteras con otra persona sin llegar a la penetración. Pueden ser besos, tocamientos, caricias, y masajes en los genitales con fines eróticos (autoestimulación mutua).
Este tipo de juegos generalmente se viven de manera progresiva, primero con caricias sobre la ropa y tiempo después explorando la desnudez del otro(a). Además estas experiencias permiten, poco a poco, familiarizarce con los genitales de la otra persona y con las reacciones que tiene ante la excitación sexual.
Todo esto sirve de preparación para el encuentro coital. A veces se cree que la sexualidad genital sólo se vive en el coito, por lo que se dice "no pasó nada" refiriéndose a la ausencia de la penetración. También se considera que solo a través de la introducción del pene en la vagina, se puede obtener placer o alcanzar el orgasmo.
Sin embargo, estos juegos y caricias son expresiones importantes de la sexualidad y fuentes de mucho placer. Muchos y muchas adolescentes que deciden postergar el momento de tener relaciones sexuales coitales, encuentran en este tipo de juegos una vía adecuada para vivir su genitalidad.
Se debe tener cuidado con aquellos juegos en los que los genitales desnudos de ambas personas (el pene y la vagina) se rozan, llegando a colocar la punta del pene en la vagina como parte de las caricias eróticas. Esto porque cuando el hombre está excitado, sale por su pene un líquido que contiene espermatozoides que pueden entrar en la vagina. Además si el hombre eyacula cerca de lavagina, la rapidez con que se mueven los espermatozoides les puede permitir entrar a la vagina.
Todo esto trae el riesgo de un embarazo o del contagio de una ITS y VIH-SIDA, por lo que se recomienda que el varón se coloque un condón, aunque no vaya a penetrar a la mujer, para que ambos se protejan. Es importante que la pareja converse sobre estas cosas, para que no exista presión por ninguno de los miembros que lleve a la otra persona a hacer o participar en juegos sexuales que no le resulten agradables.
Por eso es muy importante respetar las decisiones de cada una/o y tener claridad sobre lo que se quiere hacer y cómo se quiere hacer.
Las relaciones sexuales coitales:
Cuando una relación amorosa con otra persona se vuelve más duradera, estable y segura, la vivencia del amor adquiere matices diferentes. Se desea tener mayor intimidad y cercanía, tanto emocional como física.
Esto hace que muchas parejas sientan mayores deseos de "hacer el amor". Esta frase hace referencia a las relaciones sexuales coitales, las cuales consisten en dar y recibir caricias eróticas hasta llegar a la penetración del pene en la vagina(coito). Estas relaciones permiten el intercambio de amor, sentimientos, placer y comunicación.
Por eso, lo más adecuado es que se vivan dentro de una relación de pareja seria, estable y comprometida. Muchos y muchas adolescentes tienen experiencias coitales por curiosidad, porque se dejaron llevar por el momento o por presión de otras personas (amigos/as, novio, novia).
Es importante que se llegue a vivir un encuentro coital por decisión personal y de pareja, tomando en cuenta los riesgos y buscando las formas de protegerse. Hay varias cosas que se deben tomar en cuenta, al tener relaciones sexuales coitales, como por ejemplo:
• La relación coital no es la garantía de que la relación va a durar más o que va a ser mejor. Tampoco se puede esperar que una persona se quede con vos como si hubiese adquirido una obligación.
• Se debe estar preparado(a) para enfrentar la responsabilidad de un embarazo, ya que las probabilidades de que se presente aumentan al tener una vida sexual coital activa.
• Cuanto más joven se tengan las relaciones coitales, más probabilidades de tener varias parejas sexuales, lo cual se convierte en un riesgo para el contagio de ITS Y VIH-SIDA.
• Cuando se tienen relaciones coitales debe garantizarse tu protección y la de tu pareja. No se debe poner en riesgo la salud física, mental o espiritual de ninguna/o. Esto implica el uso de métodos de protección (como el condón, porque previene el embarazo y las ITS/VIH-SIDA), la fidelidad, la comunicación, el respeto, la no-violencia.
• En la medida de lo posible, se debe tratar de que los encuentros coitales se lleven en lugares adecuados, que permitan la intimidad y la posibilidad de disfrutar de la experiencia sin presión por el tiempo o porque alguien va a llegar. Muchos y muchas adolescentes practican el coito en condiciones que no son las más indicadas para que ambos obtengan el mayor nivel de placer físico(especialmente la mujer, que por sus procesos biológicos requiere de más tiempo para alcanzar el orgasmo) y para compartir la cercanía emocional que produce el encuentro sexual.
Es muy importante que las y los adolescentes puedan tener claridad sobre las ventajas y desventajas de tener relaciones coitales en esta etapa, así como de lo que quieren, piensan y sienten, a fin de que puedan tomar una decisión, individual y en pareja, y actuar responsablemente.
(Fuente: "LA SEXUALIDAD Y LA SALUD SEXUAL REPRODUCTIVA DE LAS Y LOS ADOLESCENTESCON ÉNFASIS EN PREVENCIÓN DE VIH/SIDA"MÓDULO DE CAPACITACIÓN PARA ADOLESCENTESMULTIPLICADORES EN SALUDCosta Rica, 2005. PAIA – Programa Atención Integrala la Adolescencia Departamento de Salud de las Personas Caja Costarricense de Seguro Social 2005)
(Imagen: Cuadro "Dama y Paisaje" de Salvador Dalí)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por favor pongan un artículo sobre niños que duermen con sus madres, y también sobre madres que critican al padre que no vive con ellos.