lunes, 16 de abril de 2007

Infecciones Testiculares

La poca atención que hasta hace poco se ha prestado al aparato reproductor masculino ha hecho que las enfermedades genitales de los hombres sean menos conocidas que las de mujeres.
Exceptuando las dolencias de la próstata, pocas patologías masculinas son reconocidas por los propios individuos más proclives a padecerlas, por lo que es habitual que la temida visita al especialista, en este caso el urólogo, se retrase más de lo deseable y se realice sólo cuando las molestias alcanzan su momento crítico.

De entre las patologías que el aparato genital masculino puede sufrir, destacamos varias dolencias de los testículos: la epidedimitis (infección del epidemio, la estructura en la que se
depositan los espermatozoides para madurar), la orquitis (infección de los testículos) y la orquiepididimitis (infección de ambas estructuras).
Paperas y relaciones sexuales
Una causa frecuente de orquitis son las paperas –un 30% de quienes las contraen después de la pubertad padecen orquitis–, que pueden provocar a los cuatro o cinco días dolor e hinchazón testicular en uno o en ambos testículos.
Las orquitis puede causar infertilidad y atrofia (disminución del tamaño del testículo), complicación que se da en un tercio de los jóvenes con orquitis.
La epididimitis aguda es más frecuente que la orquitis y se extiende también a los testículos, por ello se habla de orquiepididimitis. Una de las causas más frecuentes de su aparición es la infección por transmisión sexual, que afecta a hombres hetero y homosexuales.
En los jóvenes heterosexuales de entre 19 y 35 años los gérmenes que más frecuentemente la provocan son el Nisseria gonorrhoeae, gonococo
que causa la gonococia, y la Clamydia trachomatis, mientras que en varones homosexuales es Escherichia Coli, que se transmite a partir del coito anal.
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas que produce la orquiepididimitis son fácilmente distinguibles: inflamación e hinchazón del escroto; testículo sensible, doloroso, hinchado y con sensación de pesadez; fiebre; en ocasiones flujo más o menos purulento por el pene (más frecuente si la infección es por clamidias); dolor al orinar, en las relaciones sexuales y la eyaculación; molestias en región inguinal y semen a veces sanguinolento.
El diagnóstico de la afección es sencillo, y se hace mediante la sintomatología y la exploración física. También se utilizan análisis de orina, en los que se efectúa un cultivo para identificar el
germen causante, y análisis de sangre.
Si hay que descartar otras patologías, se puede hacer una prueba de ultrasonidos Doppler (para examinar el flujo de sangre en las venas de la zona) y una gammagrafía testicular (que permite obtener la imagen interior de la parte afectada para comprobar su estado).
Tratamiento
Se requieren antibióticos y se recomiendan una serie de medidas generales, como el reposo en cama, un suspensorio testicular si se considera oportuno, la toma de antiinflamatorios no esteroideos para prevenir la obstrucción de las vías espermáticas y en ocasiones la infiltración con anestésicos locales en el cordón espermático.
En los afectados por gonorrea o clamidia es fundamental evaluar y tratar a las parejas sexuales, sobre todo si hubo contacto durante los 30 días previos a la aparición de los síntomas. La evolución no suele presentar complicaciones, aunque en ocasiones puede quedar una fibrosis cicatricial que provoca la no producción de espermatozoides.
La influencia de la gonorrea
Una de las causas de orquiepididimitis es la gonorrea, enfermedad infectocontagiosa exclusiva de la especie humana y que se transmite por contacto sexual. La incidencia más elevada de gonorrea o gonococia se da en países en desarrollo, de forma muy especial en los destinos del llamado ‘turismo sexual’.
La tasa de ataque más elevada se sitúa entre los 20 y 24 años, pero el mayor riesgo se presenta en mujeres entre 15 y 19 años: la posibilidad de que adquieran la enfermedad a partir de un hombre infectado se estima en un 50-70%, mientras que el riesgo para un hombre
a partir de una mujer infe
ctada es de un 20-30%.
La gonococia tiene mayor incidencia en poblaciones de bajo nivel socioeconómico y educativo, y es más frecuente en ambientes urbanos. La infección puede ser asintomática, lo que le confiere un alto grado de peligrosidad por la posible transmisión de la enfermedad.
En los hombres la gonococia tiene un periodo de incubación de 2-5 días. Tras este plazo, aparece una secreción mucosa por la uretra asociada a picor, que va evolucionando a secreción purulenta y síntomas inflamatorios en el meato uretral. Es bastante habitual que se produzca una orquiepididimitis y/o prostatitis.
En las mujeres, la infección se localiza en el endocervix, la parte más interior del cuello uterino, y suele dar síntomas muy poco específicos, como leucorrea (flujo), molestias discretas al orinar o picor en genitales. En estos casos localizados de infección hasta un 50% de las infectadas pueden permanecer asintomáticas, con lo que muchas veces se mantienen relaciones sexuales sin ningún tipo de precauciones.

Fuente: Infecciones Testiculares: Un riesgo para la fertilidad elaborado por la Revista Consumer.es Eroski N° 89 Junio 2005, Sección Salud

viernes, 13 de abril de 2007

Origen cultural e histórico de la Circuncisión

Hay varias teorías que explican su origen. Según una de ellas la circuncisión iniciaba el camino de la purificación de la persona a quien se le realizaba porque reducía el placer sexual. Según otra, representaba una ofrenda de sangre a las divinidades. También se asoció como un ofrecimiento para la fertilidad a favor de la persona que lo realizaba o para la fertilidad de la tierra de algunas tribus.
Su realización a lo largo de la historia es desigual y las diferentes comunidades la han ido incorporando en diferentes momentos y por distintos motivos:
1. Las primeras referencias a la circuncisión provienen de Egipto, donde se practicaba como símbolo de realeza o nobleza y a sacerdotes. Los antiguos egipcios la realizaban entre los 6 y los 12 años.
2. Los judíos consideran que la circuncisión representa un pacto entre Dios y Abraham. Por lo tanto, la ley judía obliga a realizarla a todos los niños, 8 días después del nacimiento.
3. Muchos niños musulmanes son circuncidados siguiendo las recomendaciones de la sharia (principios de la ley islámica que dicta aquello que es obligatorio, facultativo, ilícito y permitido) y no porque esté escrito en el Corán.
4. Los griegos también la practicaban y de ellos se toma el nombre de fimosis.
5. Para los cristianos, el procedimiento es opcional, de acuerdo con las escrituras de San Pablo en el Nuevo Testamento, pero abandonan la práctica en el siglo I.
6. Los países de habla inglesa adoptan la circuncisión como parte de su historia y cultura desde el siglo XIX por criterios médicos. La primera vez que se realizó en el Reino Unido fue en 1865 y en Estados Unidos en 1870.
7. Más recientemente, Corea del Sur la adopta de sus aliados (EE.UU.), en tiempos de la guerra de Corea (1950-1953).
No obstante, en algunos países o comunidades, como finlandeses, húngaros, alemanes, hindúes, mongoles y países orientales, la circuncisión como acto quirúrgico rutinario es prácticamente desconocida.
Según la finalidad que adopte la circuncisión rutinaria las comunidades o sociedades que la practican se pueden dividir en dos grupos. En el primer grupo, en el que se incluyen musulmanes, judíos, cristianos coptos, algunos grupos étnicos de África y pueblos indígenas de
América Latina, la circuncisión adopta una finalidad socializadora humana, ya sea de pertenecer al grupo, a la religión o al género. En algunas de estas sociedades, la vida de la persona está jalonada por una serie de ceremonias que marcan su acceso a los grupos de edad específico, los ritos de iniciación. Éstos no son ritos de pubertad, porque no coinciden con la pubertad fisiológica, sino que son ritos de pubertad social, edad que varía según el grupo, y suponen una ruptura con la infancia y el paso al mundo de los adultos.

El significado de estos ritos es muy complejo y se compone de tres fases. En la primera fase, o de separación, los niños son separados de la comunidad y circuncidados. La segunda fase, también llamada de marginación, tiene una duración variable según el tiempo necesario para la cicatrización y el proceso de aprendizaje. En este período se transmiten la riqueza cultural y social, los tabúes y las normas de su pueblo a través de personas seleccionadas. Por último, la tercera fase es la de agregación, en la que la persona es presentada públicamente como un nuevo miembro del grupo.
En el segundo grupo están incluidos, de manera muy importante, los países de habla inglesa, donde la circuncisión tiene una finalidad preventiva. Fue a finales del siglo XIX cuando se inició la circuncisión profiláctica. En este período histórico coincidieron diferentes teorías científicas y aspectos sociales que hicieron posible que la sociedad y la clase médica la incorporasen como una práctica médica rutinaria en el período neonatal.

Una de ellas fue la teoría de la neurosis refleja, reactualizada en ese momento, y con la cual se atribuían diferentes trastornos mentales, inexplicables para la época, a una causa de base somática. De esta manera, era frecuente la realización de la extirpación quirúrgica de ovarios y la amputación, manipulación y aplicación de sustancias químicas al clítoris con la finalidad de controlar cuadros de cefaleas y crisis de histeria; y la realización de circuncisión para prevenir la epilepsia. Otro factor fue la moral victoriana de la época que, además de inculcar a la sociedad del momento valores de extrema moral y buenas costumbres, introdujo una creciente obsesión por la higiene personal.
Esta última idea fue reforzada con la aparición de la teoría bacteriana, que asociaba la suciedad con diferentes miasmas (como orina, heces, sangre, pus o esmegma), y por lo tanto, consideró valida la circuncisión como una medida higiénica preventiva. Por último, muchos de los promotores de la circuncisión consideraban el prepucio como un vestigio primitivo, basándose en la teoría de la evolución de Darwin, sin función y con un pasado evolutivo superfluo. Por todos estos motivos y por las supuestas atribuciones preventivas de enfermedades de transmisión sexual, inflamaciones locales y cáncer de pene y de cuello uterino, la circuncisión se ha mantenido a lo largo de los años.
Fuente: Circuncisión infantil: revisión de la evidencia autores C. Puig Solà, O. García-Algar y O. Vall Combelles, Servicio de Pediatría. Hospital del Mar. Barcelona. España, 2003.

Ilustración: Cuadro "Bebé jugando", 1876 Thomas Eakins

jueves, 12 de abril de 2007

Preguntas para hacerse antes de tener Relaciones Sexuales

¿Estoy lista(o) para tener relaciones sexuales?
Es suya la decisión de tener o no tener relaciones sexuales. Pero seguramente siente algo de presión para tomar esta decisión. Esta presión puede venir de su pareja, amistades, su familia o de la sociedad. Cualquiera que sea su decision, usted es el/la que tiene que sentirse cómodo(a) con la decisión, y estar preparada(o) a enfrentar las responsabilidades que vienen con la decisión de tener relaciones sexuales.
Es importante saber que la mayoría de los adolescentes no han tenido relaciones sexuales. Aunque parezca que todo el mundo lo está haciendo, no es verdad. Si está tratando de decidir si usted y su pareja están listos para tener relaciones sexuales, hay ciertas preguntas que pueden ayudarle a tomar una buena decisión.

¿Realmente estas listo(a)?
Estas preguntas le ayudaran a decidir si está preparado(a) para tener relaciones sexuales:
1. ¿Siento que estoy en una relación sólida, saludable y entregada?
2. ¿Me comprometo a protegerme y a mi pareja contra las infecciones de transmisión sexual (ITS) y de embarazos no planeados?
3. ¿Estoy preparado(a) para tomar responsabilidad de las consecuencias de las relaciones sexuales?
4. ¿Actualmente, me siento bien sobre mi comportamiento sexual?
5. ¿Creo que me sentiré bien teniendo relaciones sexuales con mi pareja?
6. ¿Me siento cómodo(a) hablando sobre la sexualidad y las relaciones sexuales con mi pareja?
7. ¿Sé adonde puedo obtener métodos anticonceptivos?
Si contestó “No,” “Quizás,” o “No estoy listo(a) para contestar” a cualquiera de las preguntas, quizás no está preparado(a) para tener relaciones sexuales.

Es posible que sería mejor esperar. Si cree que puede estar lista(o), debería discutirlo con un adulto de confianza –idealmente con uno o ambos padres o con otro familiar.
Es importante que usted y su pareja hablen sobre cualquier preocupación que tengan antes de tomar la decisión de tener relaciones sexuales.

Conversar con su pareja es muy importante para averiguar si ambos están listos. Puede que esto no sea fácil, pero demuestra consideración y respeto para cada cual y para la relación. La comunicación sobre el sexo seguro con su pareja puede ayudarle a evitar un embarazo no deseado y disminuir la posibilidad de una infección de transmisión sexual.
Como parejan ¿estamos listos?

Las siguientes preguntas pueden ayudarles a decidir como pareja, si están listos para las relaciones sexuales:
1. ¿Yo y mi pareja nos conocemos bien?
2. ¿Nos sentimos conectados y parte integral en la vida de cada cual ?
3. ¿Ambos toman la relación en serio?
4. ¿Nos tenemos confianza?
5. ¿Nos comunicamos bien?
6. ¿Podemos hablar cómodamente sobre el sexo, el uno con el otro?
7. ¿Estamos pensando en tener relaciones sexuales porque queremos hacerlo y no porque nos sentimos presionados?
8. ¿Hemos hablado sobre métodos anticonceptivos?
9. ¿Si hemos hablado sobre los anticonceptivos, hemos hablado específicamente sobre el uso del condón para protegernos de las ITS, incluyendo el VIH?
10.¿Estamos de acuerdo que cada vez que tengamos relaciones sexuales, usemos condones y otros métodos anticonceptivos?
11.¿Mi pareja respetará mi derecho a decir “sí” o “no” cada vez que tenemos una interacción sexual?
12.¿Respetará, el derecho de mi pareja a decir “si” o “no” cada vez que tenemos una interacción sexual?
13.¿El ambiente para tener relaciones sexuales será seguro y cómodo?
Si ha contestado “No,” “Quizás,” o “No estoy listo(a) para contestar” a cualquiera de estas preguntas, quizás ustedes no están preparados para tener relaciones sexuales.

Puede ser mejor esperar hasta que sientan que su relación puede incluir estas responsabilidades. Cuando tenga relaciones sexuales por primera vez, asegúrese que es algo que usted eligió, y no algo que simplemente le pasó. Cualquiera que sea su decisión, quizás debe conversar con un adulto de confianza –idealmente con sus padres—para obtener información adicional.
Fuente: ¿Estoy lista(o) para tener relaciones sexuales? elaborado por
Planned Parenthood de la Ciudad de Nueva York, Manhattan, Brooklyn y el Bronx.
Enlace: http://www.ppnyc.org
Ilustración: Cuadro "Topaz" de Alphonse Mucha

miércoles, 11 de abril de 2007

Violación Marital

Se sabe que muchas mujeres maltratadas suelen pasar años antes de poder reconocer y admitir distintos tipos de violencia, aunque desde afuera sean plenamente visibles. Esta dificultad es particularmente acentuada en el caso de la violación marital, a la que no suelen hacer referencia explícita aún cuando hayan comenzado el proceso de recuperación, o lo hacen dando por sentado que se trata de "algo más" dentro del cuadro global del abuso.
No obstante, cuando logran desnaturalizarla, muchas de estas mujeres llegan a identificar con claridad el impacto específicamente profundo y denigrante de la violencia sexual.
¿QUÉ ES LA VIOLACIÓN MARITAL?
Es la violencia sexual que se da en la relación conyugal o en convivencias estables y se articula con la dinámica de la violencia cotidiana de diversos tipos por parte de la pareja, como un medio más para el sometimiento de la esposa o compañera.
Como en cualquier otra forma de violación, estos episodios pueden producirse por medio de amenaza con armas, fuerza física u otro tipo de intimidación, chantaje emocional o abuso de poder.
¿POR QUÉ SOPORTAN LAS MUJERES LA VIOLACIÓN MARITAL?
De la misma manera que ocurre con otras formas de violencia marital, diferentes mujeres o una misma mujer en diferentes momentos de la historia de abuso, atraviesa tensiones en las cuales está presente el sometimiento, pero también las " transacciones" y la resistencia. En los casos en que existe amenaza con armas o fuerza física o la situación de dependencia emocional es muy arraigada, el lecho conyugal – paradójicamente – puede transformarse en un lugar de extrema indefensión. En otros casos, las mujeres soportan las relaciones sexuales forzadas para evitar "males mayores" (una escena violenta de celos; no recibir dinero para la alimentación de sus hijas e hijos). En otros, las mujeres ensayan estrategias de resistencia sencillas pero relativamente eficaces: acompañan a los chicos a dormir y se quedan en la cama con ellos; trabajan hasta muy tarde y esperan que el marido se duerma.
Muchos estallidos de violencia física "culminan" con una relación sexual forzada, que tiene un significado muy diferente para el varón y para la mujer. Para el varón es la manera de sellar un acto de poder. Para la mujer es impotencia, es miedo, es voluntad de supervivencia. No es aceptación, no es tregua, no es reconciliación.
La violencia sexual en la relación de pareja no se limita a los actos sexuales impuestos. Hay otras formas de violencia marital que afectan severamente la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Nos referimos fundamentalmente a los obstáculos, presiones y violencia explícita en relación a:
- planificación familiar y uso de anticonceptivos
- garantía de sexo seguro en cuanto a la posible transmisión de VIH SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual.
Estas dos cuestiones son puntos cruciales para el amor propio "machista" y por eso mismo, vías privilegiadas para ejercer control.
Con respecto al primer punto, en el marco de la violencia marital, es frecuente que las mujeres tengan que llevar adelante embarazos no deseados; ya que ligar a la mujer a la maternidad es un mecanismo presuntamente "lícito" de control. Por otra parte, los embarazos – deseados o no – no "protegen" a las mujeres del maltrato.
Estudios de diversos países muestran que la violencia a veces se inicia durante la gestación y cuando ya está instalada, persiste o se incrementa.
En cuanto al riesgo de contagio, los datos en Argentina nos llevan a una posición de alerta: la relación hombre/mujer de portadores de VIH era de 15 a 1 hace 13 años. A finales de 2001, es de aproximadamente 3 a 1. Más allá de que es un hecho igualmente lamentable el contagio de un varón que el de una mujer, estas cifras indican que se ha producido un significativo aumento porcentual de casos de transmisión en mujeres y se sabe que la transmisión ha sido por vía heterosexual y en relaciones "estables", con todo lo que esto implica, además, de riesgo de transmisión materno-filial.
Si bien no cabe un análisis simplista, ya que sabemos que algunas mujeres – y algunos varones – no están informados o si lo están, desafían el riesgo, es innegable que para muchas mujeres este problema está relacionado con situaciones de pareja estable, en las cuales está naturalizada la "doble moral" y, sobre todo, no son relaciones paritarias. Es decir que las mujeres no pueden protegerse porque no se atreven a plantear el tema – su pedido podría
ser considerado "sospechoso" – o porque abiertamente sus compañeros les niegan la posibilidad. Esto aumenta la vulnerabilidad de las mujeres ante la transmisión del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual.
¿Qué dice la ley?
La reciente reforma del Código Penal Argentino en los hoy llamados delitos contra la integridad sexual, no incluye expresamente la figura de la violación marital, como en cambio sí lo hacen, en la actualidad, las normativas de algunos países. Tampoco reconoce el agravante del vínculo, es decir, la pena no es mayor por tratarse del cónyuge.
Esto no significa que el Código Penal no de cabida a la violación marital. Según algunos especialistas, quedaría comprendida dentro de las violaciones que se dan en el marco de una "relación de dependencia, de autoridad o de poder", como dice la ley.
Un punto problemático y controvertido de la nueva ley es el artículo sobre avenimiento. Quien puede proponer el avenimiento es la víctima, a partir de los 16 años. El juez o la jueza decide si es oportuno concederlo, basándose en la convicción de que ha sido "libremente formulado" y con el objetivo de "armonizar el conflicto" en el marco de una "relación afectiva previa", según dice la ley.
Esta es una alternativa muy discutible, que presenta en la mayoría de los casos ventajas para el marido violador – dado que extingue la acción penal -y muy dudosos beneficios para la víctima. La experiencia demuestra que para las mujeres maltratadas es muy dificil tomar la decisión de acudir a la justicia, sobre todo, tratándose de situaciones de violencia sexual. Una vez tomada esta decisión es importante sostenerla. Por eso, si una mujer denuncia una violación marital y luego se siente presionada por las circunstancias o alguien de su entorno le aconseja proponer un "avenimiento", o ella misma siente dudas acerca de la posibilidad de "perdonar" a su marido violador, es conveniente que pueda pensar su decisión con un asesoramiento adecuado o solicitar la representación de alguna institución especializada.
Es importante aclarar que la violación marital es considerada una de las modalidades de la violencia conyugal. Por tanto, la mujer víctima tiene la posibilidad de denunciar, también, este tipo de hechos a la justicia de familia y pedir en consecuencia medidas de protección para ella y otros miembros de la familia, si fuera necesario.
¿Qué respuestas tiene la justicia frente a la violación marital?
Dado que el Código Penal Argentino no se refiere específicamente a la violación marital, deja lugar a diferentes interpretaciones por parte de juezas y jueces.
La doctrina jurídica tradicional estuvo muy condicionada por el concepto de débito conyugal (es decir, la obligatoriedad recíproca de complacer sexualmente al cónyuge). En los hechos, debido a los estereotipos culturales acerca de la sexualidad masculina y femenina, el débito conyugal se entiende como el derecho del marido a exigir sexo de la esposa. Se consideraría insólito que una esposa pretendiera exigir sexo de su marido.
Aún hoy existen jueces que se apegan al criterio del débito conyugal y, por tanto, no reconocen la violación marital.
Otros, si bien no sostienen abiertamente este criterio, lo reflejan de modo indirecto; por ejemplo, no dando cabida a la acción penal. Para esta negativa, alegan que es un delito muy difícil de probar, que es una intrusión en la intimidad de las parejas o que una condena (o simplemente un juicio por violación) haría imposible la "reconciliación" posterior de una pareja. Otros, en cambio, en fallos más recientes, tienen una posición definida en defensa de los derechos de las mujeres a su integridad y libertad sexual.
Esta corriente jurídica, si bien tiene en cuenta las expectativas legítimas de reciprocidad sexual entre cónyuges o convivientes, sostiene que no pueden ser exigidas por la fuerza.
Analizando la legislación latinoamericana, se encuentra que desde 1997 en México se agrega un artículo especial sobre la violación marital en el Código Penal y se reforma el artículo referente a las violaciones. Las formulaciones actuales expresan:
Artículo 265: Al que por medio de violencia física o moral realice cópula con persona de cualquier sexo, se le impondrá prisión de ocho a catorce años. Para los efectos de este artículo, se entiende por cópula, la introducción del miembro viril en el cuerpo de la víctima por vía vaginal, anal u oral, independientemente de su sexo.
Se considerará también como violación y se sancionará con prisión de ocho a catorce años, al que introduzca por vía vaginal o anal cualquier elemento o instrumento distinto al miembro viril, por medio de violencia física o moral, sea cual fuere el sexo del ofendido.
Artículo 265 bis: Si la víctima de la violación fuera la esposa o concubina, se impondrá la pena prevista en el artículo anterior. Este delito se perseguirá por querella de parte ofendida.
Tener presente los Derechos de las Mujeres
Todas las mujeres tienen derecho a decidir sobre sus relaciones sexuales, usar anticonceptivos y decidir en paridad de condiciones con su pareja cuántos hijos tener y cuándo tenerlos. Estos derechos no se pierden al casarse o aceptar una relación de convivencia.
El acuerdo matrimonial o de convivencia implica goce y reciprocidad sexual, pero de ninguna manera constituye una "obligación" de conceder sexo por parte de la mujer ni un "derecho" del varón a exigirlo. Cuando las mujeres se casan o forman pareja, no se convierten en propiedad de sus maridos o compañeros; es decir que ellos no pueden utilizarlas sexualmente como si fueran de su propiedad.
Las mujeres no tienen la "culpa" de la violación marital. Cuando los maridos o convivientes violan a sus parejas, en general no es porque ellas no "quieran" tener relaciones sexuales, sino porque no desean tenerlas en un clima de forzamiento, amenazas y degradación.

Las violaciones maritales no son un efecto de "desavenencias sexuales". Si una pareja "no se lleva bien" en su vida sexual puede hablarlo, solicitar ayuda profesional o puede optar por la separación o el divorcio.
De ninguna manera el "desacuerdo" autoriza a un marido o compañero a exigir sexo forzado. Situaciones bastante típicas son las violaciones o intentos de violaciones por parte de ex maridos o ex novios.
Algunas se desarrollan en el marco de una cita o encuentro previamente acordado y otras son sorpresivas al estilo de las violaciones de desconocidos en lugares públicos.
A veces van precedidas de un intento de seducción o reconciliación por parte del varón que, al no ser correspondido, da lugar a la conducta abusiva. A menudo los agresores encuentran argumentos para "justificar" sus actos. Algunas mujeres que pasaron por esta experiencia expresan que para ellas fue absolutamente insólita, dado que los varones en cuestión no habían sido violentos con anterioridad. Otras, en cambio, dicen que, si bien la situación las tomó de sorpresa, ya habían detectado indicios o señales de las tendencias violentas de su pareja.
Estas violaciones tienen una evidente intención de represalia y dicha represalia una notoria connotación sexuada, dado que el agresor sabe o cree que el sometimiento sexual es lo más perturbador y humillante para su ex pareja.
Violación Marital
Empezar a nombrarla y a reconocerla. Saber que vulnera derechos fundamentales a la integridad y libertad sexual y personal. Son los primeros pasos para no tolerarla.
No hay razones. No hay excusas. No hay derecho.
Fuente: Violencia Marital, folleto elaborado por CECYM Centro de encuentros Cultura y Mujer, este documento ha sido publicado con el apoyo de la Fundación Heinrich Böll de Alemania. Buenos Aires 2002
Enlace:
www.cecym.org.ar
Ilustración: Cuadro "Mujer reclinada", 1916 de Chaim Soutine

martes, 10 de abril de 2007

Consejos para los padres que deseen ayudar a que sus hijos eviten el embarazo y la paternidad precoz

¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a que sus hijos eviten el embarazo y la paternidad precoz?
A continuación, encontrará algunos consejos prácticos para los padres, basados en las investigaciones realizadas.
Muchos de estos consejos les parecerán familiares ya que tienen que ver con lo que los padres ya saben por experiencia propia —como la importancia de mantener una relación fuerte y estrecha con sus hijos, de plantearles las expectativas que tienen para ellos, y de hablar con ellos sobre temas importantes.
1. Esté claro con respecto a sus propias actitudes sexuales y valores.
Hablar con sus propios hijos acerca del sexo, el amor y la relación de pareja es generalmente más exitoso cuando usted está claro con respecto a estos temas. Para ayudarle a clarificar sus actitudes y valores, piense en los siguientes tipos de preguntas:
¿Qué piensa usted realmente de que los adolescentes en edad escolar sean sexualmente activos — y quizás incluso se conviertan en padres?
¿Quién es [o quién debería ser] el responsable de marcar los límites en una relación de pareja y cómo debe hacerse, de manera realista?
Siendo adolescente, ¿fue usted sexualmente activo, y cómo se siente ahora con respecto a eso? ¿Fue usted sexualmente activo antes del matrimonio? ¿Qué les dice a sus propios hijos sobre estos temas como resultado de estas reflexiones?
¿Qué piensa usted acerca de motivar a los adolescentes a abstenerse de tener relaciones sexuales?
¿Qué piensa usted de los adolescentes que usan métodos anticonceptivos?
2. Hable con sus hijos desde temprana edad y a menudo acerca del sexo, y sea específico.
Inicie la conversación y asegúrese de que sea honesta, abierta y respetuosa.
Si usted no sabe cómo iniciarla, considere usar situaciones presentadas en programas televisivos o en películas para comenzar la conversación.
Dígales entonces, sinceramente y con confianza, qué piensa y por qué usted toma esa postura. Si no está seguro sobre alguno de los temas, dígaselo a ellos también. Asegúrese de mantener una conversación recíproca, no un monólogo. Pregúnteles qué piensan ellos y qué saben, de manera que pueda corregir sus ideas erradas. Pregúnteles si hay algo que a ellos les preocupe.
Las conversaciones apropiadas según la edad sobre las relaciones de pareja y la intimidad, deberían comenzar a una edad temprana y continuar durante la adolescencia. Evite la formalidad — conviértala en una conversación informal. Todos los jóvenes necesitan mucha comunicación, orientación e información sobre estos temas, aunque ellos a veces no parezcan interesados en lo que usted tenga que decir. Y si usted tiene conversaciones a menudo, no se preocupará mucho si incurre en alguna equivocación o dice algo no muy acertado, porque siempre tendrá una nueva oportunidad para conversar.
No deje que su falta de información le avergüence. Los jóvenes necesitan ayuda tanto para comprender el contexto y el significado del sexo, como también para entender cómo funciona cada parte de su cuerpo. Discuta sobre las diferencias entre el amor y el sexo, y recuerde hablar sobre las razones por las que los jóvenes encuentran el sexo tan interesante y atractivo; discutir sólo sobre los peligros y las enfermedades no llena las expectativas de los adolescentes.
3. Sea un padre con opiniones propias.
Además de ser un padre comunicativo y a quien se le puede preguntar, sea un padre con opiniones propias. Dígales a sus hijos lo que piensa. No sea renuente a decir cosas como:
Como el sexo está asociado con un compromiso, yo pienso que los estudiantes de secundaria sencillamente son demasiado jóvenes para iniciarse en la actividad sexual.
Cuando eventualmente tengas relaciones sexuales, usa siempre algún método anticonceptivo hasta que estés listo(a) para tener hijos.
Nuestros valores morales y religiosos dicen que el sexo es una expresión de amor dentro del matrimonio. Confío que esperes hasta entonces.
No es raro que te encuentres en una situación en la que te sientas presionada sexualmente; tienes que pensar por adelantado en cómo
vas a manejar la situación. Ten un plan. ¿Dirás que "no"? ¿Usarás algún método anticonceptivo? ¿Cómo manejarás la situación?
Es normal pensar en el sexo y sentir deseos sexuales; todo el mundo los siente. Pero eso no significa que debes actuar en base a esas sensaciones.
Una de las razones por las que a mí me preocupa el uso del alcohol y las drogas, es que muchas veces están asociadas con decisiones erradas con relación al sexo.
Tener un bebé no te convierte en un hombre. Tener la capacidad de esperar y actuar responsablemente, sí.
No tienes que tener relaciones sexuales para mantener a tu novio. Si el sexo es el precio de una relación cercana, busca a alguien mejor.
4. Supervise y vigile a sus niños y adolescentes.
Establezca reglas, horas de llegada nocturnas y maneras de comportamiento, preferiblemente a través de discusiones familiares abiertas. Si sus hijos salen de la escuela a las 3 PM y usted no llega a casa del trabajo sino hasta las 6 PM, ¿quién es responsable de asegurarse de que sus hijos no sólo están seguros, sino involucrados en actividades útiles? ¿Adónde van ellos cuando salen con sus amigos? ¿Hay adultos a cargo de esa responsabilidad?
Supervisar y vigilar el paradero de sus hijos no lo convierte en un hostigador; lo convierte en padre.
5. Conozca a los amigos de sus hijos y a sus familias.
Claramente, los amigos ejercen una gran influencia entre ellos mismos.
Conozca a los padres de los amigos de sus hijos, así podrán establecer reglas y expectativas en común. Es más fácil hacer cumplir un horario de llegada nocturno que todos los amigos de sus hijos compartan por igual, en vez de uno que los haga a ellos diferentes — pero aunque sus puntos de vista no coincidan con los de los otros padres, manténgase firme en sus convicciones. Déle la bienvenida a su hogar a los amigos de sus hijos y conózcalos.
6. Desaliente las citas tempranas, frecuentes y constantes.
Permitir que los adolescentes comiencen a tener citas constantes antes de los 16 años de edad puede llevar a problemas. En cambio, fomente las actividades en grupo. Haga que sus hijos conozcan estas ideas con anticipación — no espere hasta que sus hijos adolescentes le propongan planes que difieran de sus ideas sobre este asunto. Si no, él o ella pensará que a usted, simplemente no le agrada alguna persona o invitación en particular.
7. Defina su posición en contra de que sus hijos tengan citas con alguien mayor que ellos.
Trate de marcar un límite de diferencia de edad de no más de dos o tres años. Mientras los jóvenes mayores pueden parecerle encantadores a una jovencita, las diferencias de poder entre las jovencitas y los jóvenes de mayor edad (o los hombres) pueden conducir a situaciones riesgosas para ellas, incluyendo las relaciones sexuales no deseadas y sin el uso de métodos anticonceptivos. Los jovencitos con las mujeres de mayor edad corren los mismos riesgos.
8. Ayude a sus hijos adolescentes a tener opciones para el futuro que sean más atractivas que un embarazo o una paternidad prematuros.
La probabilidad de que sus hijos pospongan su actividad sexual, el embarazo o la paternidad serán significativamente mayores si su futuro se ve atractivo a sus ojos. Eso significa ayudarlos a tener metas significativas para el futuro, hablar con ellos acerca de lo que se necesita para hacer que las metas del futuro se hagan realidad, y ayudarlos a lograrlas. Explíqueles cómo quedar embarazada — o causar un embarazo — puede desviar el mejor de los planes.
9. Hágales saber a sus hijos que usted le da mucho valor a la educación.
Anime a sus hijos a tomar los estudios en serio, y establezca altas expectativas sobre su desempeño en la escuela. La deserción escolar a menudo es la primera señal de los problemas que pueden terminar en la paternidad o la maternidad prematuros. Vigile las calificaciones de sus hijos y discútalas con ellos. Conozca a los maestros y directores, a los consejeros de la escuela y a los entrenadores. Limite las horas que invierten en empleos de medio tiempo (20 horas a la semana debería ser lo máximo), de manera que haya tiempo y energía suficiente para dedicárselos a la escuela. Entérese de las tareas y ayude a su hijo a hacerlas. De ser posible, haga de voluntario en la escuela.
10. Hable con sus hijos y sus hijas por igual.
Las casi 900.000 jovencitas que quedan embarazadas cada año no lo hacen solas. Los jóvenes necesitan saber que el embarazo en la adolescencia también trae consecuencias serias para ellos. Hable con los varones — no sólo con las jovencitas — sobre las consecuencias, la responsabilidad, el sexo, el amor y los valores morales.
11. Entérese de qué están viendo, leyendo y oyendo sus hijos.
La televisión, la radio, las películas, los videos musicales, las revistas y el Internet envían muchos mensajes relativos al sexo; en ellos el sexo usualmente no tiene ningún significado profundo, el embarazo no planificado rara vez sucede, y muy pocas de las personas que tienen relaciones sexuales en los medios de comunicación parecieran estar casados o tener algún compromiso especial. ¿Esto coincide con sus expectativas y valores? De no ser así, es importante hablar con sus hijos sobre lo que retratan los medios de comunicación, lo que usted y ellos piensan al respecto. En el caso de que ciertos programas o películas le ofendan, dígalo y explique por qué. Anime a sus hijos a tener un pensamiento crítico: pregúnteles qué piensan ellos de los programas que ven y de la música que escuchan. Vea con ellos sus programas favoritos y pregúnteles si las escenas de la televisión están relacionadas con algo en sus vidas o en las de sus amigos.
Aunque usted no puede controlar totalmente lo que sus hijos ven u oyen, sí puede dar a conocer sus puntos de vista y controlar su ambiente familiar apagando la televisión, cancelando suscripciones y poniéndole límite a ciertas películas.
Expresando los sentimientos
Estos consejos para ayudar a que sus hijos eviten el embarazo precoz funcionan mejor cuando forman parte de una estrecha relación establecida desde temprana edad entre usted y sus hijos. Procure lograr una relación cálida pero firme con respecto a la disciplina impuesta y rica en comunicación, ya que esto acentúa la confianza y el respeto mutuos. No hay una manera única de lograr tal relación, pero siguiendo las siguientes recomendaciones podrá hacerlo:
Expréseles amor y afecto de manera clara y constante. Abrace a sus hijos y dígales lo importantes que son para usted. Premie sus logros de manera específica, pero recuerde que las expresiones de afecto deberían ser manifestadas espontáneamente, no sólo debido a un logro en particular.
Escuche detenidamente a sus hijos y preste mucha atención a lo que hacen.
Comparta tiempo con sus hijos realizando actividades apropiadas para sus edades e intereses, no solamente los suyos. Compartir experiencias construye buenos cimientos en las relaciones que formarán las bases para una comunicación futura acerca de cualquier tema, incluyendo el comportamiento sexual.
Sea solidario y muestre interés por sus inclinaciones. Asista a sus competencias deportivas; entérese de sus pasatiempos; demuestre entusiasmo por sus logros, hasta por los más pequeños; hágales preguntas que demuestren que usted está interesado y preocupado por lo que pasa en sus vidas.
Sea atento y respetuoso con sus hijos y sus amigos. Evite las burlas y exponerlos al ridículo. No compare a su hijo adolescente con ningún otro miembro de la familia (por ejemplo: ¿por qué no puedes ser como tu hermana mayor?). Hágales saber que usted espera el mismo trato cortés y respetuoso de su parte.
Ayúdelos a construir su autoestima desarrollando sus habilidades; el autoestima se gana, no se otorga, y la mejor manera de ganarla es haciendo algo bien hecho.
Disfruten de comidas en familia con tanta frecuencia como sea posible y aproveche ese tiempo para conversar, evitando las confrontaciones.
Fuente: El poder de los padres: Lo que los padres deben saber y hacer para ayudar a prevenir el embarazo en los adolescentes. Documento elaborado para LA CAMPAÑA NACIONAL PARA PREVENIR EL EMBARAZO EN ADOLESCENTES. 1776 Massachusetts Avenue, NW Suite 200
Washington, DC 20036. La realización de este folleto ha sido posible, en parte, gracias a la generosa donación realizada por la Familia de Compañías Johnson & Johnson.
Enlace: www.teenpregnancy.org

Ilustración: Cuadro "Chica en la cama", 1952 de Lucian Freud

sábado, 7 de abril de 2007

Efectos de los riesgos ocupacionales en la salud reproductiva de la mujer

¿Cuáles son los riesgos para la reproducción en las trabajadoras?
A las sustancias o agentes que afectan la salud reproductiva de las mujeres u hombres o la capacidad de una pareja de tener hijos sanos se les llama riesgos para la reproducción. La radiación, algunos productos químicos, ciertas medicinas o drogas (legales e ilegales), cigarrillos, algunos virus, y el alcohol son ejemplos de riesgos para la reproducción. Este documento tiene como enfoque los riesgos para la reproducción en el lugar de trabajo que afectan a las mujeres y su capacidad de tener hijos sanos. Para información sobre un documento que describe los riesgos para la reproducción de hombres, vea la última página.
Se sabía de los efectos nocivos de algunos agentes en el lugar de trabajo desde hace muchos años. Por ejemplo, se descubrió hace más de 100 años que el plomo causa abortos espontáneos, bebés nacidos muertos, e infertilidad en mujeres que trabajaban con cerámica. Durante los años 40, la rubéola fue reconocida como una causa mayor de los defectos de nacimiento. Sin embargo, todavía no se sabe cuáles son las causas de la mayoría de los problemas de salud reproductiva. Muchos de estos problemas, como infertilidad, aborto espontáneo, y peso bajo al nacer, son bastante comunes y afectan a mujeres que trabajan y a mujeres que no trabajan fuera de la casa.Un peligro reproductivo podría causar uno o más efectos para la salud, según el momento en el cual la mujer sea expuesta a ese riesgo. Por ejemplo, la exposición a sustancias peligrosas durante los primeros 3 meses del embarazo puede causar un defecto de nacimiento o un aborto espontáneo. Durante los últimos 6 meses del embarazo, la exposición a los riesgos para la reproducción podrían aminorar el crecimiento del feto, afectar el desarrollo del cerebro, o causar contracciones prematuras del parto. Es posible que los riesgos para la reproducción no afecten a cada trabajadora o cada embarazo.
En general, las trabajadoras que ya están inmunizadas por vacunas o exposiciones anteriores no están al riesgo de enfermedades como al virus de la hepatitis B, parvovirus humano B19, rubéola, o varicela. Sin embargo, las trabajadoras embarazadas sin inmunidad previa deben evitar el contacto con adultos o niños infectados. Las trabajadoras también deben usar buenas prácticas higiénicas. Deben lavarse frecuentemente las manos para evitar que las enfermedades infecciosas se propaguen entre las trabajadoras de escuelas primarias, jardines de niños y guarderías infantiles. Además, deben usar precauciones universales para protegerse contra los agentes en la sangre que causan enfermedades. Tales precauciones incluyen el llevar guantes y la eliminación en forma segura de agujas.
¿Cómo funciona el sistema reproductivo de una mujer?
Para entender cómo pueden afectar los riesgos para la reproducción a la salud reproductiva de una mujer y su capacidad de tener niños sanos, es útil entender como funciona el sistema reproductivo.
Para entender cómo pueden afectar los riesgos para la reproducción a la salud reproductiva de una mujer y su capacidad de tener niños sanos, es útil entender como funciona el sistema reproductivo. Los tejidos reproductivos principales de una mujer son los ovarios, el útero, y las trompas de falopio. Las funciones de estos tejidos son en gran parte controladas por hormonas producidas por el cerebro y la glándula pituitaria. Las hormonas son productos químicos que se forman en el cuerpo y circulan en la sangre. Estas hormonas regulan el ciclo menstrual, el embarazo, y la producción de leche del pecho. El estrógeno y la progesterona son producidos por los ovarios. Estas hormonas causan el desarrollo sexual y preparan la pared uterina para sostener y alimentar un huevo fertilizado cada mes. Estas hormonas sexuales contribuyen también a la salud general del corazón, los huesos, el hígado, y muchos otros tejidos. Finalmente, durante el embarazo, la placenta produce una hormona (gonadotropina coriónica humana, hCG) que indica al cuerpo que sostenga el embarazo. Una mujer ya nace con todos los huevos que va a tener en la vida. Por eso, si se dañan o se destruyen los huevos, no se puede reemplazarlos. Durante la pubertad, una mujer empieza a tener ciclos menstruales, lo que le posibilita que un huevo se desprenda de uno de los ovarios. Cada ciclo empieza con algunos días de flujo menstrual. Cuando empieza cada ciclo nuevo, empieza a crecer un huevo nuevo.
Después de 2 ó 3 semanas, un huevo maduro (óvulo) se desprende en las trompas de falopio, donde puede ser fertilizado por uno de los espermas que lo rodean.
Si el huevo no está fertilizado, muere y sale del cuerpo aproximadamente 2 semanas después en el flujo menstrual. El proceso empieza de nuevo con un nuevo ciclo menstrual.Si el huevo está fertilizado, continúa el proceso complejo de reproducción. El huevo fertilizado baja por aproximadamente una semana en la trompa de falopio para llegar al útero, donde se pega a la pared. Un tejido especial, la placenta, se forma entre el útero y el nuevo feto empieza a desarrollarse. La placenta transfiere oxígeno y nutrientes de la madre al feto. Durante los primeros 3 meses del embarazo, (el primer trimestre), se forman los órganos principales. Durante el resto del embarazo, estos órganos maduran y el feto crece rápidamente.
¿Cuáles problemas reproductivos pueden surgir por exposiciones ocupacionales?
Solamente algunas sustancias (algunos virus, productos químicos, y medicinas) son causas reconocidas de problemas reproductivos. Los científicos acaban de empezar a descubrir cómo las exposiciones en el lugar de trabajo pueden causar problemas reproductivos. Los problemas siguientes pueden ser causados por exposiciones en el lugar de trabajo:

Efectos en el ciclo menstrual
Infertilidad y baja fecundidad
Abortos espontáneos y niños que nacen muertos
Defectos de nacimiento
Peso bajo al nacer y parto prematuro
Afecciones en el desarrollo

Cáncer durante la niñez
Se describe cada problema con más detalle en las secciones siguientes.
Efectos en el ciclo menstrual
Altos niveles de estrés físico o emocional, o exposición a productos químicos como disulfuro de carbono (CS2) puede afectar el equilibrio entre el cerebro, la glándula pituitaria, y los ovarios. Esta afección puede causar un desequilibrio de estrógeno y progesterona y cambios en la duración y regulación del ciclo menstrual y ovulación. Como estas hormonas sexuales afectan todo el cuerpo de una mujer, los desequilibrios severos o duraderos pueden afectar la salud general.
Infertilidad y baja fecundidad
Entre 10 y 15 por ciento de todas las parejas no pueden concebir un bebé después de un año de intentos. Muchos factores pueden afectar la fecundidad, y estos factores pueden afectar a la mujer o al hombre, o a los dos. Algunas cosas que pueden causar problemas de fecundidad son un daño al huevo de la mujer o al esperma del hombre, o un cambio en las hormonas que regulan el ciclo menstrual.
Abortos espontáneos y bebés que nacen muertos
Aproximadamente 1 de cada 6 embarazos termina con un aborto espontáneo (no planeado). Los abortos espontáneos pueden ocurrir muy temprano en el embarazo, a veces antes de que una mujer se entere que está embarazada. Los abortos espontáneos y los bebés que nacen muertos ocurren por muchas razones, como las siguientes:
El huevo o la esperma pueden estar dañados por lo que el huevo no puede ser fertilizado o no puede sobrevivir después de la fertilización.
Puede haber un problema en el sistema hormonal que sostiene el embarazo.
Pueden existir problemas físicos con el útero o el cuello del útero.
Todavía no se sabe lo que causa la mayoría de estos problemas.
Defectos de nacimiento
Un defecto de nacimiento es una anormalidad física que existe al nacer, aunque es posible que no se le detecte hasta más tarde. Entre 2 y 3 por ciento de los bebés nacen con un defecto mayor. En la mayoría de los casos, no se sabe la causa del defecto. Los primeros tres meses del embarazo constituyen un periodo muy sensible en el desarrollo del feto porque se forman los órganos internos y las extremidades. Muchas mujeres no saben que están embarazadas durante una gran parte de este periodo importante.
Peso bajo al nacer y parto prematuro
Aproximadamente 7 por ciento de los bebés en los Estados Unidos nacen prematuramente. Se cree que la mayoría de estos casos son consecuencia de una nutrición inadecuada de la mujer, el fumar, o el uso de alcohol durante el embarazo. Para muchos bebés que nacen prematuramente o con peso bajo, una mejor atención médica los ha ayudado a crecer y desarrollarse en forma normal. Sin embargo, estos bebés tienen más posibilidad de enfermarse o incluso de morir durante el primer año de vida.
Afecciones en el desarrollo
A veces el cerebro del feto no se desarrolla normalmente, lo que causa demoras en su crecimiento general o dificultades de aprendizaje. Aproximadamente 10 por ciento de los niños en los Estados Unidos tienen algún tipo de discapacidad de desarrollo. Tales problemas no se notan al nacer. Estos problemas pueden ser difíciles a medir, pueden ser temporales o permanentes, y pueden ser leves o severos. Es posible que los niños con problemas de desarrollo sean hiperactivos, tengan una capacidad disminuida de aprender, sean retrasados mentales (en casos severos), o que no puedan mantener la atención por periodos prolongados. Cáncer infantil
La radiación ionizante ha causado cáncer en algunos niños cuyas madres fueron expuestas durante el embarazo. Las siguientes prácticas han ayudado a reducir la exposición del feto a radiación nociva: reducir el uso de rayos X en las mujeres embarazadas, usar equipo nuevo que reduce el riesgo de exposición, y usar diversos tipos de protección.
¿Cómo están expuestos las trabajadoras y los bebés?
Las sustancias nocivas pueden entrar en el cuerpo de una mujer por

respirar (inhalación),
contacto con la piel,
o tragar (ingestión)
Las trabajadoras embarazadas y las que planean estar embarazadas deben cuidarse muy particularmente de no exponerse a los riesgos que puedan afectar su reproducción. Algunos productos químicos (como el alcohol) pueden circular en la sangre de la mujer, pasar por la placenta, y llegar al feto. Otros agentes nocivos pueden afectar la salud general de la mujer y reducir la cantidad de nutrientes que llegan al feto. La radiación puede pasar directamente por el cuerpo de la mujer y dañar los huevos o el feto. Algunas medicinas y productos químicos pueden también pasar por el cuerpo de la mujer y llegar al bebé lactante por la leche del pecho. Sin embargo, la leche del pecho tiene muchos efectos positivos. Por eso, una mujer que puede estar expuesta a los riesgos para la reproducción en el trabajo debe consultar con el médico antes de decidir si debe o no darle leche de pecho a su bebé.
Los riesgos para la reproducción no afectan a todas las mujeres o cada embarazo. El que una mujer o un bebé se vea afectado depende de la cantidad del peligro a la que están expuestos, cuándo están expuestos, cómo están expuestos, y por cuánto tiempo están expuestos.
¿Cómo están expuestas las familias?
Las sustancias en el lugar de trabajo que afectan a las trabajadoras y los embarazos pueden también afectar a las familias. Sin estar conscientes, las trabajadoras pueden llevar a la casa sustancias peligrosas que pueden afectar la salud de otros miembros de la familia. Por ejemplo, el plomo que llega a la casa por la piel, el pelo, la ropa, los zapatos, la caja de herramientas, o el auto pueden causar envenenamiento en la familia, sobre todo en los niños.
¿Cómo se pueden evitar las exposiciones?
Los dueños son responsables del entrenamiento y la protección de los trabajadores. Los trabajadores tienen la responsabilidad de aprender sobre los peligros en su lugar de trabajo, usar equipo de protección personal, y seguir prácticas apropiadas. Como se sabe muy poco sobre los peligros en el lugar de trabajo, los trabajadores deben tomar los pasos siguientes para asegurar su propia seguridad:
Guarde los productos químicos en recipientes cerrados cuando no los usa.
Lávese las manos después del contacto con sustancias peligrosas y químicos.
Evite que la piel tenga contacto con productos.

Si un producto químico toca su piel, siga las indicaciones en la hoja de datos sobre seguridad de las sustancias (material safety data sheet - MSDS).
Se requiere que los dueños tengan copias de los MSDSs para todas las sustancias peligrosas que se usan en el lugar de trabajo.
Se debe proveer un MSDSs al trabajador si lo pide.
Lea todos los MSDSs para familiarizarse con los riesgos para la reproducción en su lugar de trabajo.
Si usted esta preocupada sobre los riesgos para la reproducción en el trabajo, hable con un médico.
Participe en el entrenamiento y la formación sobre salud y seguridad, y los programas de monitoreo que ofrece el dueño.
Aprenda sobre las buenas prácticas en el trabajo y los controles de ingeniería (como una mejor ventilación).
Siga los consejos del dueño sobre las prácticas y procedimientos de salud y seguridad para prevenir exposición a riesgos para la reproducción.
Evite la contaminación en su casa mediante los pasos siguientes:
— Quítese la ropa contaminada y lávese con jabón y agua antes de regresar a la casa.
— Guarde la ropa que lleva fuera del trabajo en un área separada para evitar contaminación.
— Lave la ropa de trabajo en un lugar diferente al de la otra ropa (lávela en el trabajo si es posible).
— No lleve ropa u otros objetos contaminados a la casa. Si hay que llevar ropa de trabajo a la casa, llévela en una funda de plástico cerrada.
Fuente: Efectos de los riesgos ocupacionales en la salud reproductiva de la mujer elaborado por Nacional Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH)

Enlace: http://www.cdc.gov/spanish/niosh/docs/99-104sp.html
Ilustración: Cuadro "Las fases de la luna II", 1941 Paul Delvaux

viernes, 6 de abril de 2007

Discriminación de la mujer según etapas de vida

+ Feticidio e infanticidio
La discriminación de género comienza pronto. Las técnicas modernas de diagnóstico del embarazo han hecho posible que se determine el sexo del bebé en su fase más temprana. En aquellos lugares donde existe una clara preferencia económica o cultural por los varones, el uso inadecuado de estas técnicas puede facilitar el feticidio femenino.

Aunque no existen pruebas concluyentes que confirmen este uso incorrecto e ilegal, el historial de nacimientos y los datos del censo revelan que en Asia hay una cifra desproporcionada de nacimientos de varones y una presencia exagerada de niños menores de cinco años, sobre todo en China y en la India, lo que sugiere la existencia de feticidios e infanticidios selectivos por género en los dos países más poblados del mundo, a pesar de las iniciativas para erradicar estas prácticas en ambos países.
+ La etapa media de la infancia
Una prioridad en la etapa media de la infancia y la adolescencia es la de asegurar el acceso y desarrollo completo a una educación primaria y secundaria de calidad. Salvo escasas excepciones, en su mayoría son las niñas quienes sufren las mayores desventajas educativas.
Educación primaria
De cada 100 niños sin escolarizar, hay 115 niñas en la misma situación.
Aunque la brecha de género se ha ido cerrando a un ritmo constante en las últimas décadas, aproximadamente 1 de cada 5 niñas que se matriculan en la escuela primaria no llegan a finalizarla.
A las niñas que no reciben una educación primaria se les está privando de la oportunidad de desarrollar toda su capacidad en cualquier aspecto de sus vidas. Las investigaciones muestran que las mujeres con estudios son menos propensas a morir de parto y más proclives a enviar a sus niños y niñas a la escuela. Está demostrado que el índice de mortalidad en los menores de cinco años disminuye a la mitad entre las madres con educación primaria.
Educación secundaria
Unas recientes estimaciones de UNICEF indican que el promedio de niñas que acuden a la escuela secundaria en los países en desarrollo es sólo del 43%. Hay múltiples razones para ello. Puede que, sencillamente, no exista ninguna escuela secundaria a la que las niñas puedan asistir, ya que muchos países en desarrollo y donantes se han esforzado tradicionalmente en ofrecer una educación primaria universal y no destinan fondos para aumentar la matriculación y asistencia en la educación secundaria. También existe la posibilidad de que los progenitores de una niña digan que no pueden permitirse el que su hija reciba una educación secundaria o adopten la postura de que el matrimonio debería ser el límite de las ambiciones de su hija.
La educación secundaria tiene múltiples beneficios para las mujeres, niñas y niños. Es muy eficaz para retrasar la edad del primer parto de una joven y aumentar su libertad de movimientos y la salud materna. También fortalece el poder de negociación de las mujeres en la familia y es un factor crucial a la hora de ofrecer a las mujeres oportunidades económicas y participación política.
+ Adolescencia
Entre las mayores amenazas para el desarrollo de un adolescente se encuentran el maltrato, la explotación y la violencia, y la falta de formación fundamental sobre la salud sexual y reproductiva, incluido el VIH/SIDA.
Mutilación/ablación genital de la mujer y la niña
La mutilación/ablación genital de la mujer y la niña supone la extirpación parcial o total, u otras lesiones, de los órganos genitales femeninos, pero no por razones médicas sino culturales. La práctica de la mutilación genital se produce principalmente en países de África subsahariana, Oriente Medio, África del Norte y algunas partes del Sudeste de Asia. Se calcula que, en la actualidad, entre las mujeres y niñas vivas hoy en día, más de 130 millones han sufrido mutilación genital. Esta práctica puede tener graves consecuencias para la salud, como problemas de cicatrización, una mayor propensión a infectarse con el VIH, complicaciones durante y después de los partos, enfermedades con procesos inflamatorios e incontinencia urinaria. Las hemorragias graves y las infecciones pueden provocar la muerte.
Matrimonio infantil y maternidad o paternidad prematuras
Se entiende por matrimonio infantil o prematuro aquellos matrimonios o uniones donde uno o ambos contrayentes son menores de 18 años. El 36% de las mujeres del mundo que tienen de 20 a 24 años se casaron o se unieron a sus parejas antes de cumplir los 18 años, sobre todo en el Asia meridional y África subsahariana. En las zonas donde se practica, el matrimonio infantil es una tradición tan arraigada que resulta casi imposible protestar contra ella. Los progenitores suelen permitir el matrimonio de sus hijos e hijas por necesidades económicas, o porque creen que, en el caso de las hijas, las protege de asaltos sexuales y embarazos fuera del matrimonio, aumenta sus años fértiles o les asegura la obediencia a sus maridos en el hogar.
El embarazo y maternidad prematuros son una inevitable consecuencia del matrimonio infantil. Alrededor de 14 millones de adolescentes entre 15 y 19 años dan a luz todos los años. Las niñas menores de 15 años tienen 5 veces más probabilidades de morir durante el embarazo que las mujeres mayores de 20 años. Si una madre tiene menos de 18 años, la probabilidad de que su bebé muera el primer año de vida es un 60% mayor que la de un recién nacido de una madre de 19 años. Incluso si el bebé sobrevive, existe una mayor posibilidad de que sufra de bajo peso al nacer, de desnutrición y de un retraso en el desarrollo físico y cognitivo.
Abuso sexual, explotación y trata
Cuanto más jóvenes son las jóvenes en su primera relación sexual, más probabilidades hay de que hayan sido forzadas a ella. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud, 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años sufrieron en 2002 relaciones sexuales forzosas u otras formas de violencia física y sexual. En algunos países, la inexistencia
de una edad mínima de consentimiento para las relaciones sexuales y el matrimonio expone a los niños y niñas a la violencia de su pareja.
Se calcula que 1,8 millones de niños y niñas están atrapados por el comercio sexual. A muchos se les fuerza a ello, bien porque sus paupérrimas familias los venden como esclavos, bien porque se les rapte para ser sometidos a la trata en burdeles, u otro tipo de explotación. Las niñas y niños sometidos a explotación en la industria comercial del sexo están sujetos al abandono, la violencia sexual y el maltrato físico y psicológico.
Salud sexual y reproductiva
Puesto que el sexo sin protección conlleva el riesgo de embarazo y de infecciones de transmisión sexual, incluida la del VIH, es muy importante para su seguridad que los jóvenes estén informados de la salud sexual y reproductiva.
Es obvio que sólo con la información no se puede proporcionar protección pero, desde luego, es un primer paso. Sin embargo, los adolescentes de todo el mundo siguen teniendo un conocimiento muy limitado de los asuntos de salud reproductiva y de los riesgos que corren.
VIH/SIDA
En 2005, casi la mitad de los 39 millones de personas que vivían con el VIH eran mujeres. En lugares del Caribe y África, las mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años
son seis veces más propensas a infectarse que los jóvenes de su edad.
Las mujeres corren un riesgo mucho mayor que los hombres de contraer el VIH. Una de las principales explicaciones es fisiológica: las mujeres tienen por lo menos el doble de probabilidades que los hombres de infectarse con el VIH durante el acto sexual. El otro factor decisivo, y en gran medida reversible, es el social: la discriminación de género deniega a la mujer el poder de negociación necesario para reducir su riesgo de infección. La alta tasa de analfabetismo entre las mujeres impide que conozcan los riesgos de la infección por VIH y las posibles estrategias de protección. Un estudio realizado en 24 países de África subsahariana
revela que dos tercios o más de las jóvenes carecen de una información completa sobre la transmisión del VIH.
El dramático aumento de la infección entre las mujeres eleva el riesgo de infección entre los niños y niñas. Los bebés se infectan a través de la madre durante el embarazo, el parto o la lactancia.
En 2005, más de 2 millones de niños y niñas de 14 años o menos vivían con VIH.
+ Maternidad y edad madura
Cuando se combinan los efectos perniciosos de la pobreza y la desigualdad, los dos periodos clave en la vida de muchas mujeres son la maternidad y la edad madura.
Mortalidad derivada de la maternidad
Se calcula que más de medio millón de mujeres –una mujer por minuto, aproximadamente– mueren al año como resultado de las complicaciones durante el embarazo o el parto.
Aproximadamente el 99% de todas las muertes por causas derivadas de la maternidad se producen en los países en desarrollo, y más del 90% en África y Asia. En 2002, dos tercios de las muertes derivadas de la maternidad se produjeron en 13 de los países más pobres del mundo. Ese mismo año, ya sólo la mortalidad materna de la India representó la cuarta parte de toda la mortalidad materna mundial. Una de cada 16 mujeres de África subsahariana morirá como consecuencia del embarazo o el parto, mientras que en los países industrializados el porcentaje es de sólo 1 de cada 4.000.
Por otra parte, los recién nacidos que se quedan sin madre tienen de 3 a 10 veces más probabilidades de morir que los recién nacidos cuyas madres han sobrevivido al parto.
Muchas de las vidas de estas mujeres se podrían salvar si tuvieran acceso a una atención básica de la salud que incluya personal preparado en todos los partos y atención obstétrica de urgencia para mujeres que presenten complicaciones.
Las mujeres en la vejez
Las mujeres mayores suelen sufrir la doble discriminación de género y de edad. Las mujeres tienden a vivir más años que los hombres, carecen generalmente del control de los recursos económicos familiares y a veces tienen que afrontar la discriminación de las leyes de la herencia y de la propiedad.
Muchas mujeres mayores están sumidas en la pobreza en un momento de sus vidas en el que son muy vulnerables.
Sólo unos pocos países en desarrollo disponen de redes de seguridad para personas mayores en forma de pensiones no contributivas o sujetas a la verificación de recursos.
Las abuelas en particular poseen un gran conocimiento y experiencia de todo lo relacionado con la salud y el cuidado materno e infantil. En muchas familias, las abuelas son el principal apoyo para las madres y padres trabajadores en lo que al cuidado de los niños y niñas se refiere.
La experiencia ha mostrado que cuando los programas que tratan de beneficiar a los niños y las familias incluyen también a las mujeres mayores, esto repercute en el progreso de los derechos de la infancia.
Fuente: Discriminación de género a lo largo del ciclo vital, elaborado por UNICEF Estado Mundial de la Infancia 2007. La Mujer y la Infancia: El doble dividendo de la igualdad de género.
Enlace:
Más información UNICEF
Ilustración: Cuadro "Galatea de las esferas", 1952 de Salvador Dali

jueves, 5 de abril de 2007

El Acoso Moral y el Acoso Sexual

Definición de Acoso Moral
El acoso moral se define como la situación en la que un empleado o grupo de empleados ejercen una violencia psicológica extrema, abusiva e injusta de forma sistemática y recurrente, durante un tiempo prolongado, sobre otro empleado o empleados, en el lugar de trabajo, con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima, destruir su reputación, minar su autoestima, perturbar el ejercicio de sus labores, degradar deliberadamente las condiciones de trabajo del agredido/s, y lograr que finalmente esa persona o personas abandonen su puesto de trabajo, produciendo un daño progresivo y continuo a su dignidad.
Los principales elementos del acoso moral son la existencia real de una finalidad lesiva de la dignidad profesional y personal del trabajador, dentro de un plan preconcebido para generar ese resultado lesivo. La ausencia de causa lícita de las actuaciones, realizadas éstas de forma sistemática y durante un tiempo prolongado y que produzcan una actitud de rechazo a cualquier persona mínimamente sensata y razonable.

Se dirige frente a un trabajador, un subordinado, aunque también puede ser contra otros compañeros de trabajo o incluso contra un superior jerárquico, si bien lo más habitual es frente a un subordinado.
Producida la conducta antes tipificada, corresponde a cada persona determinar el comportamiento que le resulte inaceptable y ofensivo, y así debe hacerlo saber al acosador/a, por sí o por terceras personas de su confianza.
A título de ejemplo, se consideran comportamientos que, por sí solos o junto con otros, pueden evidenciar la existencia de una conducta, carente de toda justificación, de acoso moral, las siguientes:
+ Las actuaciones injustas que persiguen reducir las posibilidades de la víctima de comunicarse adecuadamente con otros, incluido el propio acosador, entre las que pueden incluirse actitudes como ignorar la presencia de la víctima, criticar de forma sistemática e injustificada los trabajos que realiza, criticar su vida privada o amenazarle, tanto verbalmente como por escrito.
+ Las actuaciones que tienden a evitar que la víctima tenga posibilidad de mantener contactos sociales, como asignarle puestos de trabajo que le aíslen de sus compañeros o prohibir a los compañeros hablar con la víctima.
+ Las actuaciones o rumores dirigidos a desacreditar o impedir a la víctima mantener su reputación personal o laboral, como son ridiculizar o calumniar a la víctima, hablar mal de la
misma a su espalda, cuestionar constantemente sus decisiones u obligarle a realizar un trabajo humillante, o atacar sus creencias políticas o religiosas.
+ Las actuaciones dirigidas a reducir la ocupación de la víctima, y su empleabilidad como son no asignarle trabajo alguno, asignarle tareas totalmente inútiles, sin sentido o degradantes.
+ Las actuaciones que afectan a la salud física o psíquica para la víctima, como son obligarle malintencionadamente, a realizar trabajos peligrosos o especialmente nocivos para la salud o amenazarle o agredirle físicamente.
Tipos de Acoso Moral
En función de la persona que lleve a cabo la conducta acosadora, podemos distinguir tres tipos de acoso:
ACOSO MORAL DESCENDENTE
Es aquel en el que el agente del acoso es una persona que ocupa un cargo superior a la víctima, como, por ejemplo, su jefe.
ACOSO MORAL HORIZONTAL
Se produce entre compañeros del mismo nivel jerárquico. El ataque puede deberse, entre otras causas, a envidias, celos, alta competitividad o por problemas puramente personales. La persona acosadora buscará entorpecer el trabajo de su compañero/a con el fin de deteriorar la imagen profesional de este/a e incluso atribuirse a sí mismo/a méritos ajenos.
ACOSO MORAL ASCENDENTE
El agente del acoso moral es una persona que ocupa un puesto de inferior nivel jerárquico al de la víctima.
Este tipo de acoso puede ocurrir en situaciones en las que un trabajador asciende y pasa a tener como subordinados a los que anteriormente eran sus compañeros. También puede ocurrir cuando se incorpora a la organización una persona con un rango superior, desconocedor de la organización o cuyas políticas de gestión no son bien aceptadas entre sus subordinados.
Medidas preventivas de Acoso Moral
Se pondrán en marcha las siguientes medidas:
ELABORAR Y DIFUNDIR UNA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Donde se garantizará su conocimiento efectivo por todos los integrantes de la empresa; dicha comunicación subrayará el compromiso de la dirección de garantizar ambientes de trabajo en los que se respete la dignidad y la libertad de las personas trabajadoras.
RESPONSABILIDAD
Todo el personal tiene la responsabilidad de ayudar a garantizar un entorno laboral en que se respete la dignidad y los directores y mandos deberán tener especialmente encomendada la labor de evitar que se produzca cualquier tipo de acoso bajo su poder de organización.
FORMACIÓN
En línea con el compromiso de tolerancia cero, hacia cualquier conducta constitutiva de acoso, esta materia deberá ser incluida en los programas de formación existentes en la empresa. Dichos programas formativos deberán ir dirigidos a toda la plantilla. Asimismo, deberán tener por objeto la identificación de los factores que contribuyen a crear un entorno laboral exento de acoso, y a que los participantes sean plenamente conscientes de sus responsabilidades en el marco de la política empresarial contra el mismo.
Definición de Acoso Sexual
El acoso sexual es la conducta de naturaleza sexual, u otros comportamientos basados en el sexo, que afectan a la dignidad de la mujer y del hombre en el trabajo, y que se exteriorizan por medio de un comportamiento físico o verbal manifestado en actos, gestos o palabras, cuyo sujeto activo debe saber que dicha conducta es socialmente reprochable y sabe, por manifestaciones del sujeto pasivo, que dicha conducta es indeseada por la víctima.
Asimismo el acoso debe ser ponderado objetivamente como capaz de crear un ambiente o clima de trabajo odioso, ingrato o incómodo.
Podrán ser sujetos de la conducta descrita cualquier persona relacionada con la víctima por causa del trabajo y/o la realizada prevaliéndose de una situación de superioridad.
En cuanto al sujeto activo se considerará acoso cuando provenga de jefes, compañeros e incluso clientes, proveedores o terceros relacionados con la víctima por causa del trabajo.
En cuanto al sujeto pasivo éste siempre quedará referido a cualquier trabajador, independientemente del nivel del mismo y de la naturaleza de la relación laboral.
La conducta de acoso podrá ser de carácter ambiental o de intercambio. A título de ejemplo, y sin ánimo excluyente ni limitativo, se consideran comportamientos que, por sí solos o junto con otros, pueden evidenciar la existencia de una conducta de acoso sexual, las
siguientes:
DE CARÁCTER AMBIENTAL
+ Observaciones sugerentes, bromas, o comentarios sobre la apariencia o condición sexual del trabajador/a.
+ El uso de gráficos, viñetas, dibujos, fotografías o imágenes de Internet de contenido sexualmente explícito.
+ Llamadas telefónicas, cartas o mensajes de correo electrónico de carácter ofensivo, de contenido sexual.
DE INTERCAMBIO
+ El contacto físico deliberado y no solicitado, o un acercamiento físico excesivo o innecesario.
+ Invitaciones persistentes para participar en actividades sociales lúdicas, pese a que la persona objeto de las mismas haya dejado claro que resultan no deseadas e inoportunas.
+ Invitaciones impúdicas o comprometedoras y peticiones de favores sexuales, cuando las mismas se asocien, por medio de actitudes, insinuaciones o directamente a una mejora de las condiciones de trabajo, a la estabilidad en el empleo o afectar a la carrera profesional y/o existan amenazas en el caso de no acceder la víctima.
+ Cualquier otro comportamiento que tenga como causa o como objetivo la discriminación, el abuso, la vejación o la humillación del trabajador/a por razón de su condición sexual.
El acoso sexual se distingue de las aproximaciones libremente aceptadas o toleradas y recíprocas, en la medida en que las conductas de acoso sexual no son deseadas por la persona que es objeto de ellas. Un único episodio no deseado puede ser constitutivo de acoso sexual.
Fuente: Protocolo contra el Acoso Moral y Sexual en CajaCanarias, acordado por la empresa y las secciones sindicales de CC.OO., UGT y Csica
Enlace:
Más información sobre el protocolo
Ilustración: Cuadro "Susana y los viejos" de Van Dyck

miércoles, 4 de abril de 2007

Cuerpo y Sexualidad en la Mujer Adulta Mayor

Referirse a la salud sexual y reproductiva de las mujeres adultas mayores implica “colocar sobre la mesa” el tema del cuerpo, de la sexualidad y de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en procesos de envejecimiento. Del mismo modo que la menstruación agudiza las preocupaciones sociales, actitudes morales de las personas adultas y de las instituciones, la menopausia provoca un malestar social pero en el sentido contrario de la menarca, toda vez que es simbolizado como el momento de “la pérdida”.
¿Cómo construir la visión de que las mujeres que terminan sus posibilidades fisiológicas reproductivas (sin considerar las tecnologías reproductivas conceptivas) siguen teniendo sus posibilidades sexuales y de vida y por lo tanto necesitan gozar de buena salud sexual y de buena salud reproductiva?
Colocar esos temas sobre la mesa significa reflexionar sobre cómo las sociedades construyen el significado de la salud y de la enfermedad en su relación con la salud sexual y reproductiva. A juicio de Corrêa, los conceptos legitimados en las grandes conferencias internacionales del sistema de Naciones Unidas, en particular de Cairo, tales como el empoderamiento, la igualdad entre géneros, la salud sexual y reproductiva y los derechos sexuales y reproductivos deben ser leídos como expresión política de una agenda de transformación cultural, social y política.

Por lo tanto, la visión de la salud y de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres adultas mayores tiene sentido no sólo por lo que se pueda lograr en términos concretos de salud, sino también en tanto apunta que el bienestar que se puede lograr para ese grupo de la población está asociado a la construcción de una visión social que incluya los principios de “autonomía personal, integridad corporal, igualdad, diversidad25” a los cuales se podría agregar, en el caso de las mujeres adultas mayores, la dignidad y solidaridad.
Es preciso relativizar la visión de que se envejece de la misma manera con que se ha vivido. Esta visión, parcialmente correcta, no permite incluir a la totalidad de las experiencias humanas y además elimina las posibilidades de transformación que los adultos mayores pueden experimentar a lo largo de sus vidas. El hecho de que una mujer haya vivido, por ejemplo, en su vida conyugal una relación que no haya sido satisfactoria desde el punto de vista afectivo y sexual, no quiere decir que vaya a seguir siendo de esa manera durante toda su vida. Inclusive las características de las uniones sexuales pueden ser transformadas.

Ciertos datos demográfícos apuntan que con los procesos de envejecimiento, las oportunidades sexuales de las mujeres pueden incluso dirigirse hacia otras mujeres o hacia hombres más jóvenes en los procesos de construcción de relaciones, lo cual se torna más complejo en el escenario de matrimonios multirraciales, como es el caso en Brasil. De todas maneras, la mujer adulta mayor enfrenta normas culturales que hacen que los hombres se unan a mujeres que son más jóvenes, y las mujeres a los hombres de más edad.
En Brasil, las mujeres adultas mayores negras que compiten por conseguir pareja con las mujeres blancas y mestizas, se encuentran generalmente solas. Sin embargo, este hecho no elimina la posibilidad de que en su proceso de vida las mujeres puedan fortalecer procesos de transformación en busca de opciones de mayor diversidad y satisfacción. En el caso de las mujeres adultas mayores, no están presentes como desigualdades sociales las desigualdades de género o clase social, pero se entrecruzan las llamadas generacionales y de raza/etnia. La inclusión social exige una mirada constante a estas diferencias e interrelaciones.
Las definiciones de salud sexual y reproductiva fueron desarrolladas de manera estratégica para ampliar la agenda de las políticas de población más allá de la planificación familiar o de la reducción de la fecundidad. En realidad, en ciertos casos, pueden quedar debilitadas si se distancian de las perspectivas de los derechos. Estos derechos, en sí mismos presentan la
perspectiva de facilitar la toma de decisiones y la superación de necesidades. Indican el
reequilibrio de relaciones desiguales y un horizonte de justicia. La definición de la salud reproductiva adoptada en el Cairo habla de funciones y procesos asociados a todas las materias concernientes al sistema reproductivo.

En ese sentido podemos hablar de la salud reproductiva de las mujeres a cualquier edad, incluso si son mujeres de más de 80 años. Nos estaremos refiriendo a aspectos que no se limitan a los aspectos biomédicos o demográficos, sino que se extenderán a la salud reproductiva a partir de subjetividades, condiciones de vida en las sociedades y en términos de valores éticos. A partir de aquí es posible construir la mirada de la salud reproductiva de los varones y hombres no únicamente como colaboradores de las mujeres, sino también como sujetos de necesidades y derechos.
Por otro lado, la salud sexual, a pesar de que en el Cairo está asociada a la salud reproductiva, ha ganado su propia autonomía, especialmente por las exigencias que la propia epidemia de VIH/SIDA ha generado. La salud sexual está asociada a las condiciones de salud necesarias para vivir la sexualidad de una forma placentera, saludable y segura.
Los derechos sexuales y los derechos reproductivos también son un marco en esta área. En el caso de las mujeres adultas mayores adquieren mayor trascendencia justamente los derechos sexuales que los derechos reproductivos, entendidos como fuente y posibilidad de transformación. Los derechos sexuales están asociados fundamentalmente al ejercicio de la identificación personal de las propias necesidades y de la superación de las mismas, a través del ejercicio de la conciencia de ser portador/a de la posibilidad de acceder a algo.

En ese caso, acceder a la posibilidad de seguir viviendo de manera segura y placentera su propia sexualidad, con autonomía, integralidad, igualdad (entre todas las mujeres) y diversidad, además de dignidad y solidaridad.
El placer no puede ser vetado a las mujeres por causa de ciertas normas morales de las sociedades. Las decisiones acerca de con quién vivir las experiencias sexuales no pueden ser censuradas por las sociedades. Sin embargo, los últimos derechos también se aplican a las mujeres adultas mayores, especialmente si se considera que la definición de derechos reproductivos no está asociada al derecho individual de no tener hijos, pero si al derecho individual y social de tener acceso a cualquier evento de la vida reproductiva.
Puede tratarse de tener un hijo, pero también puede ser una infertilidad, se puede tratar de una cirugía de reversión de una esterilización, o bien podría ser el derecho a una inseminación artificial, entre otros. A pesar de no estar discutiendo el tema de la salud sexual y reproductiva de los hombres y sus derechos, se podría aplicar en ese momento, a titulo de ejercicio, el concepto de derechos reproductivos de los hombres, que siguen teniendo claramente la capacidad de tener hijos en la tercera edad.
La menopausia ocupa una posición de relevancia tanto individual y social como marco en ese proceso de envejecimiento de las mujeres y de sus consecuencias. Como escribe Figueroa “el tiempo ha puesto la marca sobre su cuerpo; todo lo que hizo se ha desvanecido, y ella misma desaparece del orden social porque es un sustrato mudo, no nombrado, y sólo hace cosas. Su cuerpo, dador de vidas, ahora marcado por la menopausia, representa la muerte, y ya no significa existencia; por lo tanto ya no hay deseo de utilizarla”.

El cuerpo, en ese sentido, puede pasar a ser visto como un cuerpo enfermo. Inician las tentativas de reorganización para la belleza, para la reconstrucción, el uso de las drogas antidepresivas y las hormonas para compensar los cambios. En ese proceso derivado de la valoración de los modelos biomédicos, las mujeres depositan mucha expectativa de recuperación a través de las medicinas.
La persistente asociación de la sexualidad con la reproducción ha determinado en las mujeres una construcción de salud también asociada con lo que seria la vigencia de la fertilidad. La otra, o la segunda, o la nueva revolución hormonal, como puede ser llamada la menopausia, está determinada por aspectos asociados a lo que es pérdida humana, a diferencia de lo que sucede con el tema de la menarca, la primera menstruación, que en general es el marco revelador de un inicio.

“Perder” la fertilidad y “perder” la sexualidad son aspectos expresados en el imaginario de las sociedades y asociados a la menopausia.
Evidentemente, éstos son patrones culturales que ya no son imperantes en todas las culturas con la misma intensidad. Pero mucho hay por hacer en el ámbito de la vida cotidiana. El término menopausia está repleto de valores y determina significados personales, sociales, políticos y económicos, creando una experiencia de desvalorización en las mujeres y en su
entorno, determinando definiciones, actitudes y valores en el campo de la conformación de las políticas y programas de salud y de la prestación de la atención en salud por los profesionales de este sector. Estos significados tienen que ser destruidos. Para pensar y formular políticas en salud sexual y reproductiva de las mujeres adultas mayores, la menopausia es “el marco”.
La situación de salud y enfermedad de las mujeres en proceso de envejecimiento (de 40 a 59
anos), de las mujeres adultas mayores (o de la tercera edad) y de las mujeres de 75 años o más, en la cuarta edad, traduce en parte las consecuencias de los contextos sociales, políticos y económicos en que viven las personas y de las decisiones individuales en que el proceso de envejecimiento se produce.

La ausencia de salud durante la tercera edad puede ser determinada por estilos de vida, sin embargo, también hay que considerar que las opciones individuales no ocurren aisladas de contextos que producen pobreza y vulnerabilidad, marcadas por la frágil presencia del Estado en la región, especialmente en el campo de la salud y el de la educación y por la incipiente aplicación del enfoque de género, raza/etnia en la implementación de las políticas de salud, en particular de salud sexual y reproductiva.
La salud de la mujer de mayor edad viene determinada por la salud que gozó en los primeros años de vida y por esta razón “es esencial considerar la salud de la mujer en proceso de envejecimiento desde una perspectiva que tome en cuenta su ciclo de vida”.

Si se tiene en cuenta que la salud es un proceso acumulativo en la vida, se reconoce automáticamente la importancia que para la mujer adulta mayor tienen el estilo de vida y el comportamiento previos. Por ejemplo, después de haberse nutrido inadecuada y/o insuficientemente, haber desempeñado arduo trabajo físico, haberse embarazado y haber abortado en varias ocasiones y haber tenido un acceso limitado a la atención a la salud, no sorprende que muchas mujeres “aborden su vejez en estados de enfermedad crónica”.
Además hay que considerar que las mujeres adultas mayores de la actualidad son mujeres que vivieron su vida fértil en torno a las décadas de 50-80 y vivieron en un período en el que la salud sexual y reproductiva y los derechos sexuales y reproductivos no influían tan claramente en la definición de políticas específicas de salud.
Si se compara su situación con la de los hombres adultos mayores, las mujeres adultas mayores son más susceptibles de tener estado civil de viudez y de depender económicamente de sus familias. Por otro lado, las mujeres adultas mayores también asumen en mayor medida que los hombres adultos mayores las responsabilidades de cuidar a familiares mayores que ellas, a sus maridos y a sus nietos.
Para indicar algunos aspectos a tenerse en cuenta en el análisis de la salud sexual y reproductiva de las mujeres de mayor edad, se presentan los siguientes factores:
Estilo de vida: la vida de la mujer desde su nacimiento, su dieta y nutrición, su peso, su nivel de actividad física y de estrés físico y emocional, su consumo de tabaco, alcohol o drogas.
Vida afectiva y sexual: sufrimientos físicos y emocionales procedentes de las diferentes experiencias afectivas con su sexualidad, desde la presencia o no de violencias sexuales cuando niña, la vivencia de la primera menstruación, matrimonio, maternidad, cuidado con los hijos y relaciones con la(s) pareja(s) en ese proceso.
Trabajo: aunque el trabajo remunerado de las mujeres puede concluir a la edad de 60-65 años, la gran mayoría de las mujeres trabajan hasta que mueren. Sin embargo, este hecho todavía no ha sido reconocido por el sector salud o en las estadísticas laborales. Las mujeres son mayormente responsables de las tareas domésticas en el hogar. Cada vez más las mujeres de mayor edad son los jefes de los hogares y se hacen cargo de la atención de la familia.
Responsabilidades de atención a la familia: este tema merece una mención especial porque es una parte significativa del trabajo doméstico invisible de las mujeres. El cuidado de la pareja enferma, de los niños y de los nietos es una tarea que a menudo cae en las mujeres de mayor edad, y que puede tener consecuencias graves en su salud física y psicológica.
Historia clínica y familiar: en las mujeres la historia familiar puede ser un factor de riesgo importante para ciertas enfermedades, como el cáncer de mama. El conocimiento de la historia familiar de la mujer es esencial tanto para ella misma como para los profesionales de la salud que la atienden. Al evaluar el perfil de salud de la mujer, se debe tomar en cuenta su historia clínica (enfermedades y lesiones de su infancia, el uso de diferentes medicamentos, su salud reproductiva, su exposición a la violencia, intervenciones quirúrgicas, etc.), que afectará su salud a medida que envejece y debe tomarse en cuenta al evaluar su perfil de salud.
Salud fisiológica: las mujeres deben ser conscientes de su estado de salud: su estructura y densidad ósea; la condición de sus articulaciones; su salud endocrina; estado del corazón y de los pulmones; su presión arterial, nivel de colesterol, etc. para determinar los riesgos a los que podría estar expuesta y cómo reducirlos.
Estado socioeconómico: esta categoría incluye una gama amplia de temas, desde el nivel de ingreso de la mujer durante el ciclo de vida y su grupo étnico hasta el lugar que ocupa en la comunidad. El valor que las comunidades atribuyen a las desigualdades creadas por las jerarquías concomitantes de género y a la raza repercuten claramente en la salud y calidad de vida de la mujer. Obviamente, el nivel de ingreso es un factor determinante de la salud, particularmente entre las mujeres de mayor edad que, una vez jubiladas, a menudo dependen de la seguridad social, de sus ahorros o de otros miembros de la familia (quienes pueden ser pobres también).
Protección social: el trabajo de las mujeres en los países en desarrollo está concentrado en los sectores informal, agropecuario y de servicios. Tienen menos acceso a la protección social, como por ejemplo al seguro de salud, lo que repercute negativamente en el ciclo de la vida de la mujer y afecta seriamente su salud en la vejez.
Estado civil: la soltería es una realidad creciente para muchas mujeres de mayor edad: viudas, divorciadas, abandonadas o nunca casadas. Los efectos sobre la salud de estos estados civiles son a menudo difíciles de cuantificar pero pueden incluir la falta de recursos para los servicios de salud, depresión, falta de movilidad y pobreza”.
Fuente: Salud Sexual y Reproductiva de la Mujer Adulta Mayor: un campo por explorar y evidenciar - Versión Final equipo de Apoyo Técnico para Latinoamérica y el Caribe autores Margareth Arilha, Ralph Hakkert, Nieves Andino, Aida Diaz Tender, Daniel Leonard. UNFPA, Abril 2003.

Ilustración: Cuadro "Rosita Morillo", 1944 de Frida Khalo