sábado, 10 de marzo de 2007

Historia de la Sexualidad (De la Prehistoria hasta el S.XV)

La organización social –a través del parentesco y la familia- y, también, la organización social económica han incidido fuertemente en lo más privado del ser humano: su sexualidad, regulando el sexo, el placer y la reproducción, incluso, las formas de expresión del amor.
La sexualidad humana es histórica, contextuada. Las culturas sexuales hegemónicas se han basado en autoridades filosóficas, religiosas y médicas y han ido construyendo nuestras nociones y políticas en torno a la sexualidad y variándola, aunque en algunos temas los siglos parecieran no haber pasado.
Las expresiones de las culturas de la sexualidad a través de los tiempos son múltiples, desde la Prehistoria, con las Venus auriñaciences de la prehistoria y los graffiti paleolíticos de las cuevas de Abri Castanet, representando vulvas hace más de diez mil años.

Pareciera que cuando las sociedades eran cazadoras recolectoras; los ciclos de la luna, identificados con la mujer, eran de suma importancia, pero cuando se volvieron agricultores, lo importante pasó a ser el culto al sol y los dioses, masculinos, empezando a desvalorizarse lo femenino, como revelan estudios de los monolitos celtas de Hedgestone.
Siguen ejemplos ya de la historia, como los manuales sexuales chinos de hace cinco mil años, o la destrucción de la momia de Nefertiti, de toda huella de su reinado y del culto a los dioses que en el S XIV A.C ella y su esposo el Faraón impusieron, defenestrando a los antiguos sacerdotes que rendían culto masculino al sol.
Con el sedentarismo la propiedad marcó las relaciones sociales y de género y con el descubrimiento del Bronce, entre mil y dos mil años antes de Cristo, se inventaron las armas, se dieron las guerras y se dio un dominio masculino.
Hacia el 1300 AC se difundió el Decálogo de Moisés, con los mandamientos como no fornicarás, o no desearás a la mujer de tu prójimo, aunque el Rey Salomón, siglos después, tuviera 700 parejas estables además de innumerables amantes.
El manual Taoísta del S II que afirmaba que después de 1,200 relaciones sexuales el emperador se volvía inmortal.
Entre los griegos antiguos, el criterio de tres coitos seguidos marcaba haber llegado a la juventud. El hedonismo grecorromano aceptaba, parcialmente, la homosexualidad, la bisexualidad y el aborto; la etimología de fornicación, derivaba del acto de las trabajadoras sexuales romanas bajo los arcos de puentes (forno) y acueductos.
En la antigua India, los templos tenían ganancias generadas por las sacerdotisas al hacer el amor.
La poligamia se prohibió en la Roma antes de Cristo.
Otros ejemplos de cultura, religión y sexualidad aparecen en el Antiguo Testamento que partía de la tradición hebrea, con el sexo enmarcado en el matrimonio pero considerado tanto una obligación como una alegría; los textos antiguos del Siglo I en Nag Hammardi, Egipto, que evidencian las diferentes creencias y prácticas de los diferentes grupos cristianos, considerados heréticos en el S III, escondidos en parte por los monjes benedictinos y quemados en el S V para dar lugar a la unión del Antiguo y Nuevo Testamento en la Biblia e institucionalizar una sola verdad, una ortodoxia que unió a los Cristianos frente a las persecuciones pero determinó una sola moral sexual y la intolerancia a versiones discrepantes. Esta moral sexual se vio fuertemente determinada por las creencias del S IV mantenidas por San Agustín, el denominado padre de la Iglesia Católica, quien afirmaba que nada hacía descender la mente viril de las alturas a tal grado, como las caricias de una mujer, y se sentía culpable de su experiencia sexual pasada. Para él la sexualidad y la procreación eran inseparables y sostenía que "el deseo sexual es una tendencia animal pero podría ser justificada y orientada hacia el bien, siempre y cuando el acto sexual tuviera como finalidad la procreación".
Con la Biblia, se exhortaba a crecer y multiplicarse, siendo el sexo reproductivo una obligación y el sexo sin hijos, una ofensa o una maldición. Se condenaba así la prostitución, la homosexualidad y la masturbación.
La mujer fue idealizada y admirada, pero circunscrita al rol mujer-madre, santificando sus atributos maternales, nurturantes, de cuidado y expresividad de sentimientos positivos. La Biblia secreta de Santo Tomás dice que "María debe ser excluida por ser mujer, no merecedora de la Vida".
Para historiadores de las religiones, Eva era una diosa de la fertilidad reverenciada, que luego fue maldita al acusársele de causar la muerte y el mal.
Los grupos de poder político y religioso quedaron limitados a hombres y con la instauración del patriarcado reinó la dominación sobre la mujer bajo el pretexto de la protección de la familia.
Aún hoy los Judíos Ortodoxos agradecen a su dios no haber nacido mujeres y en la Muralla de las Lamentaciones se segrega a mujeres de hombres.
En la polarización hedonismo-ascetismo el Cristianismo encontró tierra fértil para desarrollarse y se creó la ética sexual cristiana. San Pablo postuló a la soltería y la abstinencia como ideales y, para la mayoría que no puede lograrlos, propuso el matrimonio como forma de legitimar la pasión y la lujuria.
La figura bíblica de Eva se asociaba con el pecado original, pagando con los dolores de parto. El matrimonio dejó de ser una cuestión civil cuando la Iglesia asumió su jurisdicción y estableció reglas para la conducta sexual, en base a la concepción del sexo como pecado.
Con la fusión de culturas las ideas orientales sobre el espíritu y la vida después de la muerte produjeron ansiedad sobre el comportamiento en la tierra y el ascetismo cobró fuerza.
La religión Canaanita pre-judaica que había prevalecido venerando a dioses de ambos sexos, con diosas de la fertilidad y sacerdotisas, tuvo que cambiar para dar lugar a religiones monoteístas como el dios judío Jahvé, masculino.
En Turquía, Egipto, Africa, Roma, las Islas del Pacífico o las llanuras de Norteamérica, los dioses dejaban de ser masculinos y femeninos o bisexuales y se daba paso a un dios masculino de las religiones nacidas en el Cercano Oriente: el Judaísmo, el Islamismo o el Cristianismo (excepto los Cristianos Gnósticos, cuyo dios es tanto hombre como mujer).
La dominación del hombre tenía que reflejarse también en la religión. La dominación masculina puede también rastrearse a la invasión de los Rusos en Asia, Europa, de India a Irlanda.
Los Indoeuropeos modelaron los roles masculino y femenino. Se trataba de ganaderos peleadores, guerreros, con una economía basada en la fuerza, la dominación, la violencia, el machismo. Las mujeres eran casi esclavas, marginadas de la educación y las esferas de decisión y hasta sujetas a ritos de violación sexual.
En esas épocas, el Papa León VII murió fornicando con una mujer adúltera en el 939; el Papa Clemente II en 1046 cobraba impuestos a las prostitutas aún muertas, que consistían en ceder la mitad de su herencia a la Iglesia; y el Papa Juan XII fue asesinado en 1334 a manos de un marido celoso que lo encontró con su mujer.
El primer cinturón de castidad europeo data de ese S XII y protegía la castidad de la mujer.
El amor romántico vino a reemplazar los acuerdos matrimoniales entre familias. Un tratado medieval recomendaba, para combatir la lujuria, meter un dedo en agua hirviendo o caminar desnudo por un campo de ortigas.
En la Edad Media se descubrió que los exploradores en sus barcos no caían al vacío acabándose el mar en un mundo de monstruos sino que podían extender los imperios surcando los mares. El descubrimiento de la imprenta permitió la difusión de la Biblia en el S XV.
Bajo los Reyes Católicos, España descubrió América y la sífilis comenzó en Europa en 1493, a la vuelta de Colón. Con la conquista Europea de Latinoamérica en el S XV la colonización instauró un sistema de dominación social y sexual, de clases, razas y géneros. La colonización difundió el modelo del machismo, el uso y abuso de las mujeres sin ninguna responsabilidad por la prole.
Con la colonización del Nuevo Mundo se normó una adherencia estricta al sexo matrimonial; el sexo no era un resultado de la naturaleza malvada del hombre, sino un mandamiento divino.
Con los conquistadores vino la evangelización; los españoles vinieron con la Biblia en la mano a enfrentarse a un mundo cultural distinto, que no entendían ni respetaban, considerar a los indígenas como seres humanos sin alma, aunque algo más valorados que los negros a los cuales ni se trataba de adoctrinar.
La Inquisición y las Cruzadas fueron herramientas de conversión. En el Perú Colonial la educación en sexualidad se volcaba hacia lo religioso y no era explícita y la vergüenza relacionada con el tema sigue presente, especialmente en el mundo adulto.
El choque de religiones que se produjo en el Perú a raíz de la Conquista Española impactó en la mitología andina y selvática. La evangelización trajo consigo la idea de pecado. Los "confesionarios" eran libros que los sacerdotes debían emplear con los indígenas, conteniendo una rígida moral sexual, y que se siguieron usando hasta en la etapa de la República.
(Fuente: Erotismo, Placer y Sociedad. Un paseo por la historia: Ayer y hoy por María Raguz, la autora es Doctora en Psicología Social, Especialidad de Género (Holanda). Maestría en EEUU en Psicología Educacional. Profesora principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Integra varios rosters internacionales de consultores y expertos en género, derechos y salud sexual y reproductiva, en particular, adolescente y juvenil. Dirige la ONG REDESS Jóvenes).

Ilustración: Cuadro "Margherita Luti (La Fornarina)" de Rafael (Raffaello Sanzio)

3 comentarios:

Juan Medina dijo...

Que interesantisimo este artículo, te felicito. Quisiera aportar humildemente un Blog referente a la Sexaulidad en el Antiguo Peru, especificamente las relacionadas con la Cerámica Mochica y sus muy conocidos "huacos eroticos":
www.sexualidadantiguoperu.blogspot.com
Espero sus comentarios y sugerencias.
Gracias y Saludos.

Akana dijo...

Me gustaría saber de dónde se recoge esta información "El primer cinturón de castidad europeo data de ese S XII y protegía la castidad de la mujer", ya que según tengo entendido el cinturón de castidad aparece en el Renacimiento S. XV, y era utilizado mayormente por las mujeres para evitar violaciones.

Gracias

Akana dijo...

Me gustaría saber de dónde saca esta información "El primer cinturón de castidad europeo data de ese S XII y protegía la castidad de la mujer" ya que según tengo entendido el primer cinturón de castidad femenino aparece en el Renacimiento S. XV y era utilizado mayormente por las propias mujeres para evitar violaciones.

Gracias